Imagen de Jakub en el podio de Villalbilla en el Circuito 7 estrellas de Madrid. / EL ADELANTADO

Las historia de Jakub Stanislawes es la de cualquier niño que con seis años le pide a sus padres que le regalen una bicicleta. Pero el niño, que ahora ya tiene veintidós años, decide que quiere dar una paso más en el mundo del ciclismo y con diez años se apunta a la escuela de ciclismo de Navas de Oro, pueblo segoviano en el que reside.

Durante los cinco años en los que defendió el malliot amarillo de su pueblo consiguió grandes resultados como fueron las victorias en carreras en los campeonatos alevin e infantil de Segovia. Estos triunfos le llevaron a disputar las finales de la Copa Escuelas y el Campeonato de Castilla y León donde consiguió ser Subcampeón. «Fue uno de los mejores días de mi vida. La carrera se disputó en Aguilar de Campó y yo no empecé bien. Me fui quedando detrás y perdiendo mucha distancia con el grupo de cabeza. En un momento dado decidí empezar a dar pedales y a tirar fuerte para ver si conseguía engancharme. Con mucho esfuerzo me coloqué primero y conseguí distanciarme del pelotón, pero a cincuenta metros de la meta me adelantó el que quedó primero y yo fui subcampeón. A pesar de esto terminé muy contento y fue una experiencia inolvidable», recuerda con cariño el ciclista segoviano.

Un nuevo objetivo

Estos resultados no pasaron desapercibidos para nadie y el Club Ciclista P.D.M Bembibre de León le ofreció la oportunidad de dar un paso más en su carrera deportiva. Con tan sólo quince años los leoneses le ofrecieron un contrato profesional para la categoría cadete. Con el nuevo equipo disputó vueltas tanto nacionales como internacionales en las que consiguió grandes resultados como un Top 15 en la vuelta a Portugal o ser convocado por la Federación de Castilla y León para la vuelta internacional a Txuma en la que consiguió estar entre los veinte primero de 220 corredores. En el ámbito nacional logró diversas victorias como campeonatos provinciales o metas volantes.

Pero el sueño de Jakub de ser ciclista profesional y disputar las carreras más prestigiosas como el Tour de Francia o la Vuelta Ciclista a España se desvaneció de la noche a la mañana. En el año 2015 una fuerte bronquitis le bajó de la bicicleta durante más de dos meses. Los antibióticos no hacían efecto y el malestar le impedía entrenar. Tras recuperarse, los 100 kilómetros que solía hacer un día cualquiera de entrenamiento se le hacían imposible y sólo con pensar que tenia que hacer veinte se le venia el mundo encima. Ni los pulmones ni las piernas volvieron a ser los mismos. Su sueño se desplomo de un día para otro.

Pasaron los días, las semanas e incluso los años y la bicicleta seguía en el garaje. Durante este tiempo Jakub probó con otros deportes como el fútbol o el fútbol sala pero su nivel de exigencia y compromiso con el deporte al que estaba acostumbrado no era el mismo. Fue en 2017, en ese afán por encontrar un nuevo deporte que le devolviera la ilusión, cuando el joven ciclista acudió a Cuellar para disputar un duatlón. Allí vio de primera mano las impresionantes bicicletas de montaña que se utilizaban y lo cambiantes que podían ser la carreras. Un día un pino en mitad del camino, otro día que no encuentras el sendero correcto o una fuerte lluvia que provoca una riada.

Nuevas ilusiones

Jakub encontró una nueva ilusión, una nueva ilusión sobre ruedas. La bicicleta seguía siendo igual pero el peso, las marchas, el manillar, los pedales y en general todo, era muy distinto pero su amor por las dos ruedas y el ciclismo seguía intacto. Y es que el que tiene un talento, lo tiene para toda la vida y las piernas de Jakub están hechas para dar pedales.
Con tan sólo dos años sobre la bicicleta de montaña en la modalidad de maratón, el joven segoviano ya ha logrado los primeros triunfos como fue el segundo puesto en la general Sub23 del Circuito Scott 7 Estrellas en la que consiguió vencer en varias carreras. Además, para esta temporada tiene el objetivo de intentar luchar por una medalla en el Campeonato de Polonia de XCM (Maratón), que correrá el próximo día ocho de septiembre y ganar el Circuito de Madrid del que es líder actualmente con cuatro de siete carreras ya disputadas. En 2018 ya consiguió ser segundo en la general del circuito. «Todo esto no sería posible sin mis padres que durante estos aproximadamente doce años que llevo compitiendo me han acompañan a todas las carreras. Sin su apoyo nada sería posible y sin mi preparador, Noel Martín, tampoco. Estoy convencido de que con su ayuda voy a conseguir todos mis objetivos», declara el segoviano.

Siempre agradecido

Para la gran mayoría el nombre de Noel Martín no será demasiado conocido pero en el mundo del ciclismo es una institución. No todos los ciclistas pueden decir que han disputado unos Juegos Olímpicos como hizo Noel en Río de Janeiro en la modalidad de tándem. Además de muchas carreras a nivel local y nacional, también ha disputado Copas de Europa y del Mundo y para Jakub es su mejor consejero al que está muy agradecido por su trabajo y dedicación. Con su apoyo y el de toda su familia, amigos y patrocinadores el joven segoviano quiere llegar a lo más alto en el ciclismo de montaña del que vive enamorado y al que dedica el mayor tiempo de su vida mientras lo compagina con las clases del grado en desarrollo de aplicaciones web que estudia.