Recuerdos de la historia

Las esculturas pretenden dar vida a una ciudad y sobretodo recordar a un personaje o situación que por diferentes motivos merece un homenaje y el recuerdo de los habitantes de una localidad.

La escultura es el arte de modelar o esculpir en diferentes materiales para obtener una figura planificada por el autor. En Segovia, las estatuas se centran en las calles del centro de la ciudad y en la actualidad su emplazamiento típico ha sido las rotondas y parques creados en la capital.

Las esculturas dan un toque artístico a una ciudad y da valor a los hitos históricos y personajes notables que por uno u otro sentido retienen el recuerdo de una localidad. Entre ellas se pueden encontrar diferentes tamaños y recreaciones, desde grandes estatuas con varios escenarios, como una de las más grandes y conocidas de la provincia, el homenaje a Daoíz y Velarde en los jardines del Alcázar, a bustos sencillos en recuerdo de un personaje histórico, como el de José Rodao en la Plaza del Salón o a Antonio Machado en su antigua casa residencial; esculturas realistas que simulan al héroe en uno de sus grandes momentos como Juan Bravo, hasta obras de arte contemporáneo necesarias de una explicación para obtener una idea de la representación, como la de Pío XII.

En Segovia dominan en gran mayoría estatuas de pequeño tamaño y de arte realista, ya sean bustos o monumentos de cuerpo entero, ocupando plazas y jardines del centro de la capital. En cuanto a los autores, muchas de las obras presentes en las calles segovianas son del mismo autor, sin ir más lejos Aniceto Marinas o José María García Moro cuentan con diversas esculturas expuestas al aire libre. Muchas de ellas han sido esculpidas y ubicadas en ese lugar actual en pleno siglo XX.

Una de los mayores proyectos que pretendían coronar uno de los recovecos más bellos de la ciudad fue la integración dentro de los jardines del Alcázar el homenaje a los héroes de la Guerra de la Independencia Daoíz y Velarde por su levantamiento en Madrid de su regimiento de artillería tras la ocupación francesa. La escultura se erigió con motivo del 100 aniversario de esta revuelta. En el monumento se representa las diversas escenas del día, acabando con la muerte de los dos héroes en manos de la libertad.

Otra de las esculturas más representativas de la ciudad es el monumento a Juan Bravo en la plaza de Medina del Campo, más conocida como Plaza de las Sirenas. Juan Bravo con paso firme dirige con su estandarte a los regimientos segovianos a la batalla. Desde el año 1921, el comunero vestido con ropa de la época lleva ocupando dicho emplazamiento, obra del escultor Aniceto Marinas, que también cuenta con su propia escultura en los Jardinillos de San Roque.

Los escritores y artistas también cuentan con una nutrida representación con diferentes bustos y monumentos: Daniel Zuloaga en la Plaza de Colmenares, Antonio Machado la casa con su mismo nombre, el escritor de Cantalejo José Rodao en el Salón o la de Andrés Laguna en la Plaza de los Huertos, son algunos ejemplos. En 1973 el poeta nicaragüense Rubén Darío pasó a dominar la plaza de la Merced ocupando el lugar de otra escultura que antes presidía el lugar, la de Daniel Zuloaga.

Las esculturas cuentan la historia y los momentos más memorables de una región, Segovia tiene muchas de ellas por la cantidad de cosas de este tipo que puede relatar.

Eclesiásticos.- Los miembros de la Iglesia son otro de los temas muy retratados en la escultura segoviana.

Estatua de Padre Claret. Se encuentra en el Jardín de los Cañuelos en frente del colegio de los Padres Misioneros antiguo convento de San Gabriel. Inaugurado en 1961, muestra varias escenas, la primera el Santo en primer plano en postura de rezo, mientras en la trasera aparecen unos niños jugando y en el vértice superior dos manos blancas enlazadas.

San Juan de la Cruz es otra de las personalidades religiosas que se homenajea en forma de estatua en la ciudad. La escultura se encuentra presente en la Plazuela del Vallejo, cerca de la estación de autobuses. La representación fue obra de García Moro, colocada en 1991 por el cuarto centenario de la muerte del poeta.

Una de las grandes desconocidas es la escultura de Pio XII, una de las pocas de arte contemporáneo en Segovia. Aparte de tan dudoso honor, otra característica es el estado de abandono que sufre, con una intensa maleza alrededor y los restos de la cabeza estaban esparcidos por el suelo como cuenta el gran libro sobre estas obras, La escultura segoviana, de José Luis Martín. Emplazada en los bloques de pisos del mismo nombre, se encuentra en estado pésimo.