Las estafas son los delitos informáticos más frecuentes en juzgados segovianos

De los 143 procedimientos incoados el año pasado en los tribunales segovianos en relación con posibles delitos informáticos, 102 lo fueron por estafa, según refleja la Memoria de la Fiscalía provincial.

Dentro de las estafas que se realizan sirviéndose de internet, la abogada segoviana Ruth Benito, especializada en TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) comenta a EL ADELANTADO que predomina lo que es conocido en el argot informático como phishing —suplantación de identidad para obtención de información confidencial como, por ejemplo, contraseñas y datos de acceso a cuentas bancarias—.

“Se trata, por lo general, de correos electrónicos en los que se solicita el acceso a la página web del banco por algún motivo y así se accede al número de usuario y a la contraseña. Son páginas muy similares a las reales de la entidad financiera, con la URL también casi igual”, explica.

Otro tipo de estafas, que Benito ha encontrado en su experiencia profesional, es el de la falsa venta de un artículo a través de prácticas de comercio electrónico fraudulento. Esta abogada indica un caso real: “El estafador pone un anuncio en un portal de venta de motocicletas de segunda mano con los datos reales del vehículo e incluso haciéndose pasar por el propietario, porque accede a esos datos en el registro de bienes muebles. El comprador se pone en contacto con el vendedor y éste le explica que está fuera de España y le da la dirección web de una empresa de transporte ficticia, de manera que cuando esta última certifica que tiene el vehículo el estafado tiene que hacer la transferencia del dinero para que se lo envíen, pero no recibe nunca la motocicleta deseada”.

La experta señala por otro lado que Segovia es una ciudad muy tranquila en cuanto a los delitos informáticos en sí, que son inexistentes. Así lo refleja también la última Memoria de la Fiscalía provincial, en la que no aparecen procedimientos por sabotaje, acceso no autorizado a datos, programas o sistemas y revelación o descubrimiento de secretos, entre otros.

Sí hay algún caso de injurias o calumnias, o amenazas o coacciones, incluyendo incidentes de violencia de género, que Benito no considera delitos informáticos en sí pero que se cometen también utilizando internet (redes sociales, programas como watsapp, etc.).

Esta letrada sostiene que el usuario de internet “cada vez es más consciente de las conductas delictivos de otros a través de internet, como las estafas, pero no tanto de las consecuencias jurídicas de sus propios actos. Desde mi punto de vista, en ocasiones se obra con temeridad, pensando que no dejan constancia de amenazas a través de mensajes por Facebook, por ejemplo, cuando no es así. Es algo que me llama la atención”.

Por otro lado, la Memoria de la Fiscalía de Segovia recoge 40 procedimientos judiciales incoados por negación o justificación de los delitos de genocidio sirviéndose de internet.