Miguel Velasco, en el centro, durante el rodaje. / E.A.
Miguel Velasco, en el centro, durante el rodaje. / E.A.

Antes de dedicarse de lleno a los medios de comunicación, Miguel Velasco fue profesor, de Educación General Básica (E.G.B.). Y desde entonces él ha sentido una inclinación por abordar en su trabajo informativo la problemática de la infancia. Descubre este hecho ahora, en vísperas de la presentación de su audiovisual ‘Tito, infancias perdidas’, que será el miércoles 27 de junio (20 horas), en la sala de la Fundación Caja Segovia.
El guión de esta obra —un cortometraje de ficción— ha permanecido tres años guardado en un cajón de la casa de su autor, el propio Velasco, hasta que el periodista consideró que había llegado la hora del rodaje, en el que ha contado con la colaboración de Radio Televisión Castilla y León. Para seleccionar a los actores se realizó un casting en colegios de Segovia. “Nunca había trabajado con un equipo tan amplio de profesionales ni tampoco con niños, pero todo ha salido a pedir de boca”, aseguraba ayer el director del corto.

Aunque ‘Tito, infancias perdidas’ no recoge un caso real concreto sí está basado en “situaciones que se dan con frecuencia en familias desestructuradas”. Tito, el protagonista del audiovisual, vive en una de esas familias, y sufre por todo lo que allí ve —un cóctel integrado por violencia de género, drogas, malos tratos…—. Y con ese caldo de cultivo, tal y como advierte Velasco, existe un “riesgo tremendo” de que el crecimiento emocional del niño se vea alterado o que se manifiesten problemas de adaptación a su entorno.

Con ‘Tito, infancias perdidas’, Velasco pretende llamar la atención sobre “un asunto relevante”, del que pocas veces se habla, el de la repercusión en los niños de las familias desestructuradas, con la esperanza de que la sociedad “se conciencie sobre esta realidad y actúe, para no dejar a la infancia desprotegida”.

En este trabajo, financiado por Velasco, con la colaboración de la Fundación Martín Berrocal (La sepulvedana), el periodista ha querido que las imágenes hablen por sí solas. En el arranque del corto se escucha la voz de Alfredo Matesanz explicando el propósito de la obra; después solo hay imágenes, con música de fondo.

Tras su estreno en Segovia, ‘Tito, infancias perdidas’ se proyectará en la televisión regional y, después, en otras nacionales. En principio, es intención concurrir con el corto a la próxima edición de los premios Goya. “Lo importante —acaba Velasco— sería que esta obra aportara un granito de arena a la protección de la infancia”.