El presidente de la Lonja Agropecuaria de Segovia, Carlos González Muñoz, anunció ayer su dimisión irrevocable al frente de esta organización, que cada semana se encarga de marcar los precios de referencia de los productos agrícolas y ganaderos que se comercializan en la provincia. El anuncio se produce un día después de las reuniones celebradas por las distintas mesas de precios: porcino, ovino, vacuno y cereales. La última mesa de hortalizas se reunió el viernes de la semana pasada.
En un mensaje enviado a los vocales de las distintas mesas, Carlos Muñoz señala que ante los últimos “acontecimientos publicados en prensa sobre mi persona y ante la falta de confianza de parte de la sociedad agraria y de algunos vocales de la Lonja (…) presento mi dimisión como presidente”.
Añade que con su decisión trata de que la Lonja no se vea perjudicada. De hecho asegura que abandona el cargo “por el bien de la misma” y “entendiendo que lo mejor para esta institución es que deje yo de representar como presidente a la Lonja Agropecuaria de Segovia”.
El nombre del presidente de la Lonja se ha visto salpicado en las últimas semanas por algunos hechos relacionados con su empresa, dedicada a la realización de sondeos para riegos agrícolas. Según explicó en su momento, se trataba de gestiones empresariales que llevaron a la presentación de denuncias en las cuales se hablaba de posible estafa. Ello llevó a que la Guardia Civil de Valladolid en un primer momento, y de Segovia después, actuaran y pusieran a Carlos González a disposición judicial, de modo que los casos denunciados están siendo investigados en los tribunales.
A pesar de que no han sido todavía resueltos, y a tenor de que esta situación pueda perjudicar a la Lonja Agropecuaria, Carlos González optó ayer por abandonar el cargo.
Su decisión tiene carácter inmediato e irrevocable y obliga ahora a los miembros de esta asociación a celebrar una Asamblea General Extraordinaria en la que elegir un sustituto para la Presidencia, cargo de difícil encaje entre los socios, en cuanto que debe ser alguien que no esté influenciado ni tenga intereses directos con ninguna de las partes que toman parte de las mesas para marcar los precios. De ahí, que muchas veces las reuniones de precios han estado marcadas por la polémica y con carácter violento, obligando al presidente a expulsar algunos vocales.
En su mensaje de renuncia, González, se muestra agradecido con todos los que han colaborado y permitido la existencia de la Lonja. “Lo he intentado hacer lo mejor que he podido y si en algo alguien se sintió perjudicado, no fue mi intención”.
Carlos González fue elegido presidente en julio de 2014 en sustitución de Nicéforo González, uno de los fundadores de la Lonja de Segovia.
Más de 40 años mediando ante intereses contrapuestos
La Lonja Agropecuaria de Segovia lleva 41 años realizando una incomprendida labor mediando entre intereses económicos fuertes como son las partes que componen las mesas de precios. Además sus decisiones son seguidas de forma directa por más de 25.000 usuarios cada semana y representan los precios de referencia a nivel nacional. Esta institución nació en 1978 y se constituyó posteriormente como asociación sin ánimo de lucro, pero con el mismo objetivo: clarificar y tipificar los precios de más de 80 productos agrícolas y ganaderos diferentes.
Es un mecanismo que otorga transparencia y que facilita las relaciones comerciales entre productores y compradores, ya que les proporciona una base negociada sobre la que llevar a cabo sus operaciones comerciales. Sin la mediación de la Lonja habría una lucha constante de precios. De este modo las dos partes acatan el resultado que se marca en las reuniones. Los precios se fijan en las reuniones que se celebran cada jueves en Segovia, para porcino, vacuno, ovino y cereales; y los viernes en Cuéllar para las hortalizas.
En este encuentro semanal participan los vocales, es decir, representantes elegidos entre los compradores y los vendedores que forman parte de cada una de las mesas representadas. En función de los precios ya existentes, cada parte aporta su opinión argumentada sobre si el precio debería de subir o bajar tomando como base los datos de oferta y demanda.
Fuentes próximas a la Lonja reconocen la dificultad de lograr un acuerdo entre las partes cuando los intereses económicos resultan tan elevados. En algunas ocasiones se han producido agresiones verbales que han obligado al presidente a intervenir de forma salomónica.