Los 130 alumnos correspondientes a las promociones 307 de la escala de oficiales y de la 44 de la de suboficiales en la Academia de Artillería pusieron ayer fin a su paso por el centro de enseñanza militar con el último mensaje de ánimo y aliento a lo que desde ahora será su carrera militar, en el que el coronel jefe José María Martínez Ferrer les exhortó a ser ‘líderes comprometidos’ en sus respectivas unidades a las que se incorporarán una vez finalizado su periodo de formación.
El patio del acuartelamiento de San Francisco volvió a ser escenario del acto militar de final de curso, en el que las autoridades locales y provinciales subrayaron con su presencia el innegable apoyo institucional a la Academia de Artillería.
En su última alocución a los futuros oficiales y suboficiales del arma –que recibirán sus despachos en los próximos días en la Academia General Militar de Zaragoza y en la de suboficiales de Talarn (Lleida)- el coronel Martínez Ferrer señaló la importancia del trabajo formativo realizado a su paso por la Academia de Artillería, y en el caso de los oficiales, señaló que este curso ha sido “breve pero intenso” pero les conminó a mantener una formación continua tanto en el plano teórico como en el práctico.
De igual modo, señaló que “sin valores y sentimientos, los conocimientos por si mismos valen muy poco”, y subrayó la importancia de “afianzar la vocación de servicio y la disciplina como motores de la laboriosidad, la entrega y la brillantez intelectual que han distinguido a los oficiales de Artillería durante 255 años”. También hubo espacio para los consejos, y así el coronel Martínez Ferrer recomendó a los oficiales “adaptarse a lo imprevisible, trabajad en equipo y siempre pensando en el conjunto, y en todo momento manifestad una imprescindible ejemplaridad ahora que vais a ser los líderes responsables de los hombres y mujeres que constituyen las unidades de nuestra Artillería.
Para los futuros sargentos del arma, el director de la Academia señaló que los suboficiales trabajan “junto al soldado y el artillero, un profesional competente, en muchos caso muy experimentado y con largos años de servicio que desea estar bien mandado y que debe saber que siempre encontrará en su sargento al líder comprometido en el cumplimiento de la misión y capaz de asumir la responsabilidad de mandar”.
Martínez Ferrer tuvo también palabras de agradecimiento para el cuadro de profesores, de los que valoró su dedicación y a quien reclamó que “redobléis vuestro esfuerzo para el curso que viene, pues están ya en camino otras promociones que necesitarán de vosotros para guiarles en su andadura”.
Tampoco quiso olvidar el apoyo institucional del Ayuntamiento de Segovia, que otorga desde hace más de 60 años el título de ‘Segovianos honorarios’ a los artilleros egresados en la Academia, y la presencia de la alcaldesa de Niebla, Laura Pichardo, que tradicionalmente obsequia con un sable al número uno de la promoción de la Escala de oficiales al ser esta localidad onubense el primer lugar en el que se empleó por primera vez la pólvora en una acción bélica en 1262.
El acto militar sirvió como marco también para la entrega de premios y distinciones a los alumnos más destacados. Así, la alcaldesa Clara Luquero entregó un obsequio a los números uno de las promociones de oficiales y suboficiales en las especialidades de Artillería Antiaérea y Artillería de Campaña, y la Asociación Conde de Gazola entregó el premio ‘Compañerismo’ a los alumnos reconocidos por sus compañeros por sus valores de entrega y sacrificio a los demás.
Por otra parte, el brigada Santiago de Lucas fue distinguido con el premio ‘Comandante Huelin’ instituido en 2008 por la familia del militar que le da nombre para reconocer la labor del profesor más destacado durante el curso académico.