Termina la VIII edición del Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo y el balance que se realiza desde la organización es muy positivo, ya que las charlas, como en cada ocasión, han sido de un alto nivel. De hecho, la directora de los Encuentros, Gina Aguiar, asegura que “es un reto, cada vez es más difícil que siga creciendo el interés del público, que se siga llenando [La Cárcel] día a día y el reto es traer siempre a mujeres cada vez más interesantes”.
Este año, la educación ha centrado parte de los encuentros, como base fundamental para conseguir cambiar la sociedad, algo en lo que se incide edición tras edición. “Desde el primer año, todas las mujeres que han venido y que han tocado todo tipo de temáticas siempre han coincidido en que la educación es la base. Cuando hablamos de mujeres, la educación de las niñas es fundamental porque además son las que luego van a cambiar a sus familias, cuando vuelven a casa, cuando hablamos de culturas que tienen problemas y costumbres ancestrales durísimas como la ablación o el matrimonio infantil, pero también de los feminicidios… En todos los casos la educación es fundamental, la educación es lo que mueve a la gente, lo que cambia a la gente, lo que la empodera y lo que le da la capacidad de decidir y que no decidan por ti los políticos o la sociedad, sino que seas tú el que decide lo que hacer”, asegura Aguiar.
En esta edición, el Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo ha inaugurado un apartado destinado al emprendimiento social y cooperación al desarrollo en manos de mujeres jóvenes, una idea que la organización tenía en mente desde hace tiempo, porque, según Aguiar, “es fundamental atraer a la gente joven; además este año que hay una movilización social, que es el año, esperemos, del cambio real y de la igualdad real de la mujer, la movilización social de la juventud es fundamental, pero también el compromiso, compromiso de decir «yo voy a hacer lo que yo pueda y voy a cambiar lo que pueda aunque sea pequeño». Cuando además tenemos mujeres jóvenes emprendedoras, que crean sus empresas y conocen a gente y de pronto tienen esa posibilidad de sacar dinero para ayudar a otros, me parece muy importante y creo que en la vida también tienes que tomar esa decisión de no solamente pensar en ti mismo, sino que en la agenda siempre esté el dónde puedo ayudar, qué puedo hacer… eso tiene que estar en la gente joven también”.
Asimismo, este año se ha entregado el III Premio ‘Mujer y Tecnología – Fundación Orange', que ha sido para la investigadora en robótica Concepción Alicia Monje Micharet. Un reconocimiento que “está cogiendo muchísimo peso, es un premio a nivel nacional y nos llegan propuestas de proyectos de toda España interesantísimos”, asegura la directora del ciclo, quien incide en la importancia que tiene dar a conocer la labor de estas mujeres que desarrollan su vida laboral en áreas que tradicionalmente han sido masculinas.