César Franco Martínez: «Los laicos deben ser el batallón de fuerza y energía de la Iglesia»

El 20 de diciembre de 2014, la diócesis de Segovia recibía en una solemne ceremonia en la Catedral a su nuevo obispo César Franco Martínez, que reemplazaba en este cargo al ahora emérito diocesano Angel Rubio. Un año en el que el prelado diocesano ha trabajado duramente para conocer la realidad dela Iglesia en Segoovia, que ahora repasa en esta conversación.

El obispo emérito Luis Gutiérrez rechazaba la palabra ‘balance’ cuando se le preguntaba por el resumen de su actividad a lo largo del año. Para no caer en este error, me gustaría que realizara un resumen de su impresión personal en este primer año al frente de la diócesis de Segovia.

Yo creo que este año ha sido un año de gracia del Señor en todos los sentidos, porque me ha hecho conocer una dióceis nueva, con su historia, su tradición, su patrimonio, sus gentes y naturalmente sus retos. Me he sentido como una esponja que he tenido que recibir lo que la diócesis tiene y quiere realizar para empaparme bien de ello y saber por dónde debo caminar junto a los sacerdotes y los laicos. Me he acercado a todos los lugares a los que he sido invitado, y he completado la visita pastoral inacabada por mi predecesor. También he administrado la confirmación a los jóvenes, he visitado las instituciones, y la mayoría de congregaciones de vida religiosa activa.

En ese conocer y experimentar la realidad de Segovia, me he implicado no sólo tomando notas y observaciones, sino también para señalar el camino a la diócesis en comunión con los sacerdotes y los laicos; por que este no es un itinerario en soledad. Por eso creo que ha sido un año de gracia del Señor que me ha permitido conocer una de sus iglesias.

En este tiempo, ¿cuáles han sido las fortalezas y debilidades que ha detectado en la diócesis?

Fortalezas, todas las que constituyen el depósito de la Gracia de Dios con el que contamos. El otro día hablaba con un grupo que estaba un poco desanimado y les recordaba las palabras del Apóstol San Pablo: «hemos sido enriquecidos en toda clase de dones». Tenemos la Eucaristía, los sacramentos, el espíritu, la virgen y los santos y eso conforta a cualquier diócesis por pequeña que sea. La fortaleza reside en la fe, la esperanza y la caridad que nos hace ser testigos de Dios por todo el mundo, y eso lo encuentras en todos los lugares, en niños, jóvenes, adultos o enfermos.

En cuanto a las debilidades, Segovia vive en un contexto social de envejecimiento de población y de una cierta pobreza donde la natalidad es muy escasa y por tanto es una iglesia que necesita un empujón fuente de vitalidad, primero biológica y después espiritual y apostólica. Tenemos un clero envejecido y con muchas responsabilidades, pero las perspectivas no invitan a la esperanza porque nos faltan vocaciones. Hay un pequeño grupo de Seminario en Familia con jóvenes con inclinación al sacerdocio pero es muy reducido; pero somos optimistas porque no sabemos qué puede hacer el Señor con este pequeño resto. La teología de Israel asegura que cuando iba a sucumbir siempre quedaba un pequeño resto, el resto de Israel del que el Señor hacía resurgir este pueblo y espero que eso también pase en Segovia; que el pueblo fiel de los cristianos haga que Segovia tenga una iglesia brillante y hermosa según el Evangelio.

Para ello, se ha elaborado un Plan Pastoral destinado a convertir las debilidades en fortalezas. ¿Qué objetivos se han señalado para ello?

Hemos señalado los objetivos que según las consultas hemos considerado más prioritarios y que han generado un consenso general. Vamos a trabajar para fortalecer la familia, que sea una familia misionera, acogedora y viva ; una escuela de verdadero humanismo porque fortalecer la familia es fortalecer a las nuevas generaciones. Junto a este objetivo tenemos el de la pastoral de juventud, con talante vocacional, porque la juventud es la esperanza del futuro de la iglesia. Esto no quiere decir que vayamos a la pesca de las vocaciones, sino animar a que los jóvenes vivan que la vida es vocación, llamada a la realización del futuro, y al ser vocación está abierta a la generosidad bien en el matrimonio, en la vida consagrada, en las misiones o en la vida sacerdotal.

Luego también está el objetivo de los laicos, que tienen que hacer presente el reino de Dios. La vocación del laicado es la vocación bautismal, pero no todos se toman en serio su bautismo y muchos se han olvidado de su compromiso bautismal, por eso hay que llamarles y atraerles de nuevo a la iglesia y hacerles conscientes de que tienen que ser presencia viva de la iglesia en el mundo, y más ahora que escasean los sacerdotes. Los laicos son el batallón de fuerza y energía de apostolado que tiene que ayudar muchísimo no sólo a los sacerdotes sino a ellos mismos. Queremos que la formación de los laicos que llevan comunidades cristianas o de los que están metidos en consejos escolares, asociaciones de vecinos o lugares donde se realiza la vida social, se haga presente en la sociedad

¿De qué herramientas dispone la Iglesia en Segovia para conseguir estos objetivos?

Primero, conocer bien la iglesia particular; algo que cuando lo transmito parece un novedad, pese a ser yo uno de los últimos en llegar. A veces no se conoce la realidad eclesial de la diócesis y eso es algo fundamental. Segundo que todos se pongan a trabajar. Juan Pablo II decía que si nunca se ha entendido que haya un cristiano ocioso, en estos tiempos menos. Hay muchos cristianos cruzados de brazos que quieren mucho a la Iglesia y que esperan que bautice a sus hijos les dé la confirmación, visite a los enfermos o entierre a los muertos. Pero eso no basta.

Juan Pablo II decía que la Iglesia no es una estación de servicio de esas que hay en las carreteras donde uno abre el depósito y se lo llenan. Es un lugar donde los cristianos que a veces critican a la iglesia empiecen a aportar sus talentos y cualidades y construyan la iglesia. Ese es el recurso más hermoso.

Yo me daba con un canto en los dientes si el 25% de los cristianos de Segovia dijeran que van a poner todo su empeño en construir la iglesia, porque la Iglesia no se construye con milagros y con hechos extraordinarios, sino aportando lo propio, porque la Iglesia es un edificio de piedras vivas que son los cristianos

Naturalmente, necesitamos otros recursos. Si nos empeñamos en mejorar o abrir el seminario, necesitarermos recursos económicos, educadores o becas. La iglesia es una comunión, pero la comunión no es una abstracción sino algo concreto.