Navas de Oro inaugura la séptima fábrica de resinas de España

La planta, dotada de la última tecnología, ha sido diseñada para destilar 8.000 toneladas al año de resina

Imagen de la fábrica de resina de Navas de Oro. / E.A.
La planta empezó a funcionar la segunda semana de enero. / E.A.

El año 2018 comienza con una buena noticia en el sector de la resina. Después de la nevada del fin de semana de Reyes, en Navas de Oro ha comenzado a funcionar una nueva fábrica de resina — ‘Resinas Navas de Oro'—, la séptima en España.

Antes de su inauguración existían dos pequeñas plantas de los hermanos Criado, en Zarzuela del Pinar y Lastras de Cuéllar, una en Coca, otra en Cuéllar y otras dos fuera de la provincia de Segovia, en concreto en Almazán y en Cuenca. La entrada en funcionamiento de ‘Resinas Navas de Oro' corrobora lo que ya era un secreto a voces, el del crecimiento del sector de la resina.

Los promotores de la nueva fábrica no son unos recién llegados al negocio. El 50% de la sociedad pertenece a Antonio Zamora, natural de Navas de Oro, que se enorgullece, con buen humor, de ser “el que más años lleva en esta comarca trabajando con la resina”. La otra mitad de la empresa es de José Ángel Astorga, de Pedrajas de San Esteban (Valladolid), cuya familia lleva “toda la vida” dedicada a las piñas y a la resina. Los dos se han embarcado en una empresa que ha requerido la inversión de más de tres millones de euros, pero que “promete”. La resina está al alza, los dos lo saben, y han querido apostar por ella.

Situada en la localidad de Navas de Oro —en concreto, a la salida del pueblo, en dirección a Cuéllar— ‘Resinas Navas de Oro' es un viejo proyecto que ha tardado en cuajar. La sociedad promotora presentó en el Ayuntamiento de Navas de Oro su proyecto en octubre de 2014, pero diversas cuestiones han retrasado su entrada en funcionamiento. La construcción ha tardado poco menos de un año. La primera piedra se colocó a finales de enero de 2017; durante el pasado año ya se fue adquiriendo materia prima a los resineros de la comarca, y el 8 de enero de este año, después de un periodo de prueba de la maquinaria, ya estaba lista para comenzar a producir. La fábrica está preparada para producir 8.000 toneladas anuales, si bien en este primer ejercicio no se llegará a esa cifra, según reconoce Astorga. Se producirá colofonia y aguarrás, que más tarde se venderá a , tanto españolas como europeas. En ese sentido, los dos empresarios no quieren cerrar ninguna puerta.

“Podemos decir bien alto que tenemos una fábrica con última tecnología, totalmente automatizada”, asegura Astorga, quien pone en duda que las otra seis plantas de resina en funcionamiento en España dispongan en la actualidad de maquinaria tan puntera.

En principio, ‘Resinas Navas de Oro' arranca con cuatro trabajadores. Pero sus propietarios ya han advertido de su intención de ir aumentando el personal, hasta llegar a 15 trabajadores.

Aunque ‘Resinas Navas de Oro' no ha sido inaugurada de forma oficial, sus propietarios esperan que en las próximas semanas el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, encuentre un hueco en su agenda para desplazarse a la planta y, en un acto institucional, ‘bendecir' las instalaciones de una fábrica que, a medio plazo, espera generar 200 puestos de trabajo indirecto en la comarca, con todo lo que ello supone.

la evolución del sector A falta de hacer balance de la campaña 2017, la apertura de la fábrica de Navas de Oro demuestra que el auge de la resina no es efímero. El sector crece, año a año, y las previsiones apuntan que lo seguirá haciendo en el futuro más próximo. Cabe recordar que, superado el año más crítico, 2008, en el que la superficie en resinación en Segovia fue la más baja desde que se tienen estadísticas, la tendencia cambio. Al principio, de forma suave. Luego, más brusca.

En 2012 se recogieron, en toda Castilla y León, cerca de 7.000 toneladas de resina, el máximo en el cuarto de siglo precedente. En 2013 se rondó las 9.000 toneladas. Unas cifras que, aunque parecen altas, son todavía muy lejanas a las de 1957, cuando España marcó su récord (57.267 toneladas). De momento, resulta una utopía alcanzar de nuevo tal producción, pero a nadie se le escapa que, si se dan las condiciones adecuadas —entre ellas, el apoyo de las administraciones públicas—, la resina puede volver a convertirse, a no mucho tardar, en piedra angular de la economía de una tierra necesitada de proyectos empresariales.