“El boletus de Segovia es de sobra conocido en Suiza y en Italia”

Arturo Esteban Responsable del proyecto MYAS RC. Tres décadas trabajando en la empresa privada del sector micológico han hecho de Arturo Esteban uno de los mayores expertos de España en lo referente a la comercialización de las setas.

Tres décadas trabajando en la empresa privada del sector micológico han hecho de Arturo Esteban uno de los mayores expertos de España en lo referente a la comercialización de las setas. Su experiencia le sirvió para que la Junta de Castilla y León le ofreciera ser el responsable de MYAS RC, un proyecto que pretende impulsar la micología en toda la región. De Segovia dice que “tiene todo” para triunfar en este sector: buena producción y pueblos con encanto. “La micología reforzará el atractivo de los pueblos segovianos, historia y micología son compatibles”, sentencia.

Pregunta.— En los últimos años se ha puesto de moda la micología. ¿Qué potencial tiene la provincia de Segovia?

Respuesta.— Segovia tiene un potencial muy importante, sobre todo por el boletus edulis, ya que es una zona de producción de muchísima calidad y de muchísima cantidad (…) En el contexto de Castilla y León, las dos provincias con mayor potencial son Soria y Zamora, que se disputan el primer puesto. Detrás de ellas están Burgos y Segovia. Las cuatro son las provincias potentes de Castilla y León en cuanto a micología (…) Si en Segovia no se ha desarrollado la comercialización ha sido debido a que sus setas han sido compradas por empresas sorianas o para la exportación a países europeos.

Pregunta.— ¿Se exportan muchas setas de Segovia?

Respuesta.— La Sierra de Guadarrama ha exportado muchísimas setas, tanto en fresco como congeladas, a los dos mercados más fuertes del boletus, Suiza e Italia. La gente que se dedica a la distribución de setas en esos dos países conoce perfectamente los hongos de Segovia.

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Pregunta.— Aquí, durante muchos años, se dijo que las setas iban a parar a la industria farmacéutica…

Respuesta.— Bueno, esa es una teoría que ha existido en las partes de España que no tenían una cultura micológica, que eran todas menos el País Vasco y Cataluña. La cultura micológica se empezó a desarrollar en los años 50 del pasado siglo. Cuando yo llegué a Soria, los encargados de pesar la mercancía no se creían que las setas fueran para comer. Pesaban cientos de kilos de setas pero nunca las habían probado. El punto de inflexión se produjo en la década de los 80. Ahora somos un país en el que está equilibrada la producción con el consumo. En pocos años seremos netamente consumidores y necesitaremos importar.

Pregunta.— ¿Es posible calcular qué beneficios puede sacar una provincia como Segovia por la micología?

Respuesta.— Es muy complicado, por muchas razones. En primer lugar, desconocemos el porcentaje de las setas que se quedan en el monte sin recoger. Además, en muchas ocasiones la venta de setas forma parte de la economía sumergida. Por si era poco, hay unas variaciones en el precio extraordinarias, en función de su valor en países como Rumanía o Bulgaria. En cualquier caso, sí sabemos que el beneficio que aportan al mundo rural es muy importante (…) Un estudio realizado por el Centro de Investigación de Valonsadero concluye señalando que el valor que pueden aportar las setas a la economía rural se estima que está entre 7 y 9 veces el valor del producto. Es decir, un kilo de boletus que valga 10 euros puede aportar a la economía rural entre 70 y 90 euros. ¿Cómo?. A través del micoturismo. Lo importante es que venga un turista, se aloje en una casa de turismo rural, vaya a comer setas a un restaurante y contrate un guía micológico para dar un paseo. Ese turista es el que se va a dejar entre 70 y 90 euros. Si cogemos el kilo de boletus y lo vendemos sacaremos los 10 euros, y eso no interesa. El futuro de la micología hay que verlo en relación al micoturismo y en detrimento de la actividad comercial, que irá descendiendo.

Pregunta.— ¿Reciben mucha presión los montes de Segovia por parte de los recolectores de setas?

Respuesta.— Sí, hay una presión desequilibrada. Hay comarcas con una presión excesiva y otras donde no hay ninguna. El proyecto MYAS trata de redistribuir esa presión, en todos los sentidos. Además, en Segovia se presiona sobre el boletus, el níscalo y la seta de cardo, cuando hay 12 ó 15 variedades que no se cogen. En el proyecto MYAS queremos revalorizar la seta de pie azul o la senderilla, que se podrían explotar por su alto valor culinario.

Pregunta.— ¿En 2010 será necesario en Segovia sacar un permiso para coger setas?

Respuesta.— Entiendo que sí. Al menos en una comarca de las provincias de Burgos, Segovia, Ávila, Salamanca y Valladolid se implantará este sistema (…) El precio para el recolector local será muy bajo, simbólico, y el precio para el que venga a realizar micoturismo no será muy alto. Por el contrario, el precio será alto para el que venga de fuera con fines comerciales. Esa actividad comercial queremos que la lleve la gente de los pueblos de aquí.

Pregunta.— La producción de trufas no acaba de cuajar en Segovia… ¿Cuál es el problema?

Respuesta.— Está en el límite de la zona de producción. Si se coge un mapa de España y se traza una raya de norte a sur, pasando por Madrid, se ve que la zona de producción está a la derecha. En la izquierda, las probabilidades son escasas. En Extremadura, por poner un ejemplo, hay encinas pero no trufas. Para producir este hongo se necesita un suelo específico.