Anaya, pinares y leyendas

A 20 Kilómetros de Segovia, en plena campiña, encontramos una pequeña localidad de unos 120 habitantes, cuyo nombre es Anaya.

El nombre originario de la localidad era Añaya (Annaya), que es como aparece citada en 1247 aunque, en el siglo XVI, ya figura su nombre tal y como lo conocemos hoy, Anaya. Se dice que este nombre tiene origen Árabe, an-nahya, que significa «charcas de agua estancada» pero, otros investigadores de nombres y despoblados de Segovia, prefieren adoptar la teoría de que Anaya es el nombre propio de algún repoblador de origen vasco-navarro.

Tiene un puente que lleva el nombre del Capitán Núñez que, con el tiempo ha pasado a llamarse Puente Uñez por el que ahora pasa la carretera CL-605 pero su casco urbano se encuentra alejado de este lugar y, por ello no estamos ante un pueblo «de paso» pues la vía que comunica con el pueblo, muere en él.

La forma de vida principal de Anaya, en estos tiempos, se encuentra en las pensiones que cobran la mayoría de sus habitantes y en la agricultura, que sigue siendo la actividad de algunos vecinos. Con todo, no podemos olvidar que los importantes pinares que rodean a la localidad han sido una importante fuente económica a lo largo de la historia y que en ellos, se encuentra una finca privada, «El Ardido», en la que con frecuencia era invitado, para practicar el deporte de la caza, el rey emérito D. Juan Carlos de Borbón.

LEYENDAS

Existen varias leyendas que supuestamente tuvieron lugar en Anaya y que están recogidas, con diferentes versiones en obras como «Leyendas Segovianas», dos tomos realizados por Ignacio Sanz, que fueron editados por la Obra Social de Caja Segovia. Estas leyendas fueron en su momento aportadas por vecinos de estas localidades.

En una de ellas, la leyenda cuenta que hace mucho tiempo, un niño estaba con su madre en el rio mientras ella lavaba la ropa. El niño se perdió en el pinar, en el entorno de la ermita de la Virgen de Oñez, en una noche de gran tormenta y en la que nevó mucho. Todos los hombres y mujeres de Anaya se lanzaron a la calle para buscar al niño sin encontrarlo.

Lo más sorprendente es que, a la mañana siguiente, cuando iban a retomar la búsqueda, se encontraron al niño, acurrucado junto a la ermita.

Todos se preguntaban qué habría podido ocurrir y el niño respondió que durante la noche, cuando estaba completamente perdido en el bosque, una Señora, con el rostro iluminado, le había llevado hasta la ermita y allí, «sobre dos bancos, le preparó el lecho y le arropó con su manto, velándole el sueño», añadiendo, mientras apuntaba con el dedo a la ermita, «esa es la Señora que estaba conmigo».

Otra de las leyendas recogidas cuenta la historia de un joven de Hoyuelos, que trasladaba una vaca, a la que llevaba atada con una cuerda a su brazo y, al pasar por el puente Uñez, un camión espantó a la vaca que dio un salto y cayó al río pero, la cuerda se rompió en lugar de arrastrar al joven. Sus padres, estuvieron muchos años ofreciendo una misa a la Virgen porque lo consideraron un milagro.

PATRIMONIO

Los edificios más significativos de Anaya son, por un lado, la ermita de la Virgen de Oñez, situada a 1400 metros de la localidad, en el margen derecho del río Moros y cercana a la carretera CL-605. Fue construida entre el final del siglo XVIII y principios del XIX pero, sin embargo, existen indicios de que la actual ermita pudo haber sido reconstruida a partir de una anterior más antigua.

El templo consta de una nave con dos cuerpos, siendo la cabecera de mayores dimensiones que el resto. Los muros están conformados a base de cajas de ladrillos, rellenos de mampostería y, todo ello, encalado.

Por otro lado, en Anaya cuentan con una iglesia parroquial dedicada a Santiago Apóstol. Es un edificio de pequeñas dimensiones que fue edificado en época barroca aunque se ve que su espadaña es más antigua, lo que significa que, también, seguramente existió otro templo anteriormente.

Su planta se distribuye en una única nave en la que se encuentra un retablo mayor, de estilo barroco, que está presidido por una imagen del Santo Apóstol y, otra de la Virgen de Oñez como Patrona del pueblo.

Esta iglesia fue reformada íntegramente hace unos años.