Pablo Martín Cantalejo – Cultura romana

En sus orígenes, Segovia, o como entonces se llamara, tuvo moradores de distintas procedencias, pero ya a finales del siglo IV antes de Cristo, según los historiadores, toda la Península Ibérica estaba bajo el dominio de Roma. En consecuencia, también nuestra provincia, y con ella la ciudad, se encontraba sometida a la cultura romana. Y Segovia quedó incluida en lo que se llamó la Hispania Ulterior, conforme a la organización administrativa que impusieron los entonces dominadores.

Los romanos construyeron acueductos, puentes, vías, saneamientos e impusieron el calendario Juliano, por mandato de Julio César, además de los números romanos que hoy utilizamos y el Derecho Romano, buena parte de cuyo contenido sigue en vigor, además de otras muchas novedades. Y, especialmente, la lengua, el latín, porque aunque en un principio alternaron en Roma el griego y el latín, al final se impuso este último, que dio origen a las llamadas lenguas romances, como el español, el portugués, el catalán, el francés y el mismo italiano.

Quiere todo esto decir que aquí tenemos muy olvidado que nuestra cultura de ayer y de hoy se fundamenta muy especialmente en la cultura romana. Y como desde hace algún tiempo se viene prodigando la atención a la cultura hebrea —aún con su relación con Segovia—, y ahora también a la japonesa y china, especialmente motivado este movimiento por cuestiones turísticas, justo es que reivindiquemos nuestra cultura romana, como está haciendo ejemplarmente la Asociación Internacional Alma Clásica, que desde hace cuatro años viene organizando en nuestra ciudad una jornada evocadora del legado de la cultura clásica. No en vano también en Segovia las primeras monedas acuñadas fueron de aquella época, según escribe el numismático Glenn Murray en su libro “Las acuñaciones de moneda en Segovia”, donde señala que “la primera moneda de Segovia es un as de bronce (30-20 a. C.) que data de la misma época de construcción del Acueducto. Esta moneda es hoy el testimonio más antiguo conocido del nombre de la ciudad”, que aparece en el anverso bajo la figura de un jinete.

Pues bien, con todo este extenso preludio quiero reivindicar que se promocione con mayor intensidad entre nosotros la cultura clásica romana, tan espectacularmente representada en la ciudad por el monumental Acueducto. Y en ese buen camino va la intención de Alma Clásica, que si en los primeros años consiguió una adecuada acogida a su convocatoria entre los estudiantes locales, en esta ocasión, en el pasado mes de abril logró implicar a hasta 1.300 de todos los grados de los centros segovianos, que participaron activamente en una serie de actos organizados para “promover entre los jóvenes la importancia de nuestras raíces culturales y sociales, aquellas que proceden de los legados griego y romano”, según Alma Clásica.

La respuesta tan numerosa a esta nueva convocatoria llegó a incluir hasta vestimentas romanas, que lucieron muchos de los participantes en los actos públicos, incluso alumnos de los cursos superiores de los diversos centros, que se sumaron así a celebrar la conmemoración del Día de la Fundación de Roma.
Cabe esperar que esta iniciativa de la Asociación Internacional Alma Clásica arraigue en Segovia y que las entidades que pueden —y deben— estar implicadas en la promoción de nuestra cultura, lo tomen también como cosa propia, y ello sin que se dejen al margen los esfuerzos que se vienen realizando para el conocimiento de otras culturas asimismo interesantes y dignas de ser conservadas y promocionadas.