La naturaleza académica del teatro

El campus María Zambrano clausura el curso ‘Retablillos y tinglados en verso para una Educación teatral’.

El curso ‘Retablillos y tinglados en verso para una Educación teatral’ fue clausurado con el aforo del salón de actos de la antigua Escuela de Magisterio prácticamente repleto de un público variopinto y de todas las edades atraído por la intervención de Estíbaliz Delgado, de la compañía segoviana Tamanka Teatro, que irrumpió en la sala interpretando a uno de los personajes de El Buscón de Quevedo. Quiso ser un homenaje a uno de los clásicos más importantes del Siglo de Oro, en sintonía con el asunto del curso que enmarcaba su conferencia del programa TitiriUVa, titulada ‘Los hilos de la creatividad’. Su intervención estuvo salpicada de pequeñas-grandes actuaciones escogidas de entre el repertorio de la compañía. La intención de la actriz y educadora social era hacer que su mensaje cobrara vida y calara en el público: “El estímulo de la creatividad innata de los niños contribuye a su desarrollo personal y emocional y potencia su capacidad de aprendizaje”, manifestó Estíbaliz Delgado.

Los estudiantes de la Facultad de Educación inscritos en el curso salieron con la lección bien interiorizada, una lección magistral apoyada en la tecnología 3D más antigua y dinamizadora: el Teatro. Tanto la ponencia de Álvaro Tato, poeta, actor y dramaturgo de Ron Lalá, como la de la directora de Tamanka incidieron en que la experiencia artística de los niños en todas sus manifestaciones (la música, la danza, la plástica, el teatro, la literatura) debería ser una prioridad en la escuela, muy lejos de la consideración de “materias que distraen” del actual ministro de Educación, afirma la coordinadora del curso, Gema Cienfuegos. “Esa sí sería una reforma innovadora y productiva de nuestro sistema educativo, en línea con las últimas aportaciones de la investigación en neurociencia, que llaman la atención sobre la importancia del estímulo de la inteligencia emocional de niños y jóvenes”, dice la profesora de la UVa.

Álvaro Tato lo resumió con una frase para la reflexión de padres y educadores: “los niños tienen la sinapsis intacta”, una metáfora que alude a la fertilidad creativa de los más pequeños, es decir, a su capacidad de plasmar su imaginación en todos los lenguajes artísticos sin tener consciencia aún de ello: cualquier objeto se convierte en una marioneta sobre la que proyectar emociones o dar vida a un cuento, un pez garabateado puede volar entre las nubes o tomar el sol bajo unas palmeras, “las olas besan las piedras de la playa”, “A, B, C ¡la luna!”… Como en La dama boba de Lope de Vega, donde el personaje de Finea, que intenta aprender a leer en una cartilla, dice de una de las letras que no se sabe: “El alba debe de ser,/ cuando andaba entre las coles”.

Los niños juegan y aprenden con los distintos lenguajes artísticos que hay que potenciar en la escuela, un juego sin reglas en la primera infancia para que en las sucesivas etapas aprendan del arte como técnica. La coordinadora del curso, Gema Cienfuegos, que es profesora de Didáctica de la Lengua y la Literatura, recuerda que el Teatro reúne todos los lenguajes artísticos. Por eso estas jornadas sobre Educación y Teatro “tienen un aire de manifiesto reivindicativo sobre la naturaleza académica del Teatro y sobre la necesidad de que los niños vean, lean y hagan teatro, con mayor razón en una cultura como la nuestra, con un patrimonio literario-teatral que es de los más ricos de Occidente: nuestros clásicos de todas las edades, donde los niños pueden aprender, por ejemplo, a cantar una folía del siglo XVI, tal y como nos enseñó Alicia Lázaro, subidos todos al escenario de este salón de actos”. En la jornada de clausura, la coordinadora hizo suya una frase memorable del escritor y profesor de Literatura Luis Landero: “La literatura no se enseña, se contagia”.