Carolina Muñoz y Carlos Rubio son dos apasionados de la bicicleta y de la historia que realizan excursiones a lo largo de la geografía española y que, posteriormente, suben las rutas a su canal de YouTube ‘La Historia en Bicicleta’.
Uno de sus últimos itinerarios visita los campos de Segovia y descubren el yacimiento arqueológico de grabados rupestres que se encuentran al aire libre y está situado en el cerro de San Isidro, muy cerca de la localidad de Domingo García. Aquí invitan a profundizar en la prehistoria y muestran grabados milenarios. De la mano del presidente de la Asociación de Amigos de la Pizarra y la Arqueología (APIA), Jesús Pastor, descubren caballos, lobos, guerreros, etcétera, que datan del paleolítico superior, post paleolítico y otros más recientes denominados históricos, apuntan.
Posteriormente se desplazan hasta el Castillo de Bernardos y en lo alto de su cerro se detienen para mostrar la muralla que rodea el recinto, de origen tardorromano, del siglo V. El único edificio que hay en el cerro es el de la ermita de la Virgen del Castillo, donde la pareja de ciclistas cuenta la tradición que hay entorno a esta virgen y cómo fue encontrada en este lugar en el año 1728 donde, según parece, había sido escondida por los vecinos del pueblo a raíz de la invasión musulmana.
Desde este lugar se pueden ver las antiguas canteras de pizarra, explotadas en tiempos de Felipe II, y cuya pizarra fue empleada para cubrir los tejados del Monasterio de El Escorial, y las actuales minas que se encuentran funcionando.
De nuevo subidos en sus bicicletas, los excursionistas se acercan hasta la localidad de Santa María la Real de Nieva y se detienen en su iglesia-monasterio de Nuestra Señora de la Soterraña, cuyo origen se debe a la reina Catalina de Lancaster que fue quién mandó construir el templo y se lo entregó a los frailes dominicos. En este lugar se asombran por la puerta oeste de su iglesia, declarada monumento nacional, y muestran cada una de sus partes cargadas de simbología.
Ya en el claustro, levantado en el año 1414, en pleno período gótico pero con trazas que responden más a las construcciones de 200 años antes, describen los capiteles de sus columnas que representan escenas de temática muy variada con episodios bíblicos, escenas de guerra, clericales, de caza, campesinas y costumbristas o motivos heráldicos. Además en estos capiteles también hay representado un interesante calendario agrícola en los que aparecen cada uno de los meses del año con su correspondiente iconografía.
