La mayor colonia de buitres de España, la de Hoces del Duratón, sigue creciendo

El censo anual elaborado por la Junta constata la presencia de 727 parejas, un nuevo récord en el parque natural

La colonia de buitre leonado (Gyps fulvus) del parque natural de las Hoces del río Duratón, la mayor de las existentes en España, continúa aumentando su número de parejas. Eso sí, a un ritmo lento. En la actualidad, el parque natural alberga un total de 727 parejas, lo que supone 17 más que año precedente.

Desde que la Junta de Castilla y León comenzó, a principios de los años 90, a censar el número de parejas en el parque natural, su población ha ido aumentado, de forma paulatina, a excepción de 2012.

Cada mes de diciembre, cuando se producen las primeras puestas, el agente medioambiental Sigifredo Sacristán comienza a controlar los nidos, en una labor que continúa hasta el mes de julio, cuando los pollos más retrasados echan a volar. Este seguimiento de las parejas ha permitido conocer, con exactitud, el número de pollos que han conseguido volar este año, un total de 344, una cifra superior a la del año anterior, en que fue de 320.

Se podría decir que en las Hoces del Duratón los buitres leonados son tratados con mimo. Las electrocuciones de ejemplares de la especie ya han dejado de ser noticia —al menos en los límites de este espacio natural— ya que hace años se acometieron reformas en los tendidos eléctricos para evitar este problema. Como suele ocurrir, durante sus primeros vuelos, muchos pollos se precipitan al Duratón, pudiendo algunos de ellos ser rescatados gracias a una piragua y, seguidamente, trasladados hasta el ‘Centro de Recuperación de Animales Silvestres’ (CRAS) de Segovia, dependiente de la Junta. Este año, el número de pollos rescatados se acerca a la decena. Una vez concluida su recuperación, volverán a ser reintroducidos en las inmediaciones de donde fueron recogidos.

Fruto de su trabajo casi diario con los buitres leonados, Sacristán ha obtenido multitud de datos del comportamiento de la especie. Una de las curiosidades es su querencia a anidar en la parte baja del parque natural. “Mientras que en el entorno de Sepúlveda están criando bastante mal, últimamente tienen más éxito reproductor en el tramo que va del Puente de Villaseca a San Frutos”, revela Sacristán. Aunque no se atreve a dar una explicación concluyente a ese hecho, intuye que podría influir la cercanía a los lugares de aprovisionamiento de carroña.

En referencia a la alimentación de los buitres, Sacristán dice haber constatado que la reciente normativa que permite a los ganaderos abandonar algunas sus reses muertas en el campo, recuperando así el uso tradicional, está resultando “muy beneficiosa” para las especies necrófagas. “Ahora los buitres ya no tienen necesidad de ir a buscar comida a los contenedores de las granjas”, señala Sacristán, quien espera que, a medio plazo, la puesta en funcionamiento de muladares contribuirá a aumentar la población de la especie.