Los enfrentamientos y la tensión marcan una votación sin garantías

La pasividad de los Mossos d’Esquadra y las posteriores cargas policiales estigmatizan una jornada en la que los catalanes pudieron votar en algunos colegios electorales

La pasividad demostrada por los Mossos d’Esquadra, que evitaron precintar los colegios electorales previstos para la celebración del referéndum ilegal de independencia, y la posterior intervención de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para impedir el voto marcaron la jornada del referéndum de autodeterminación, desarrollada con mucha tensión y votaciones en muchos colegios electorales, pero sin ninguna garantía democrática.

Además, la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, mandatadas por la juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, en las que se vieron escenas con utilización de la fuerza (dejando un balance de 884 heridos según el Gobierno catalán), provocaron un enfriamiento en el apoyo del PSOE al Gobierno, a quien ha culpado de lo que está ocurriendo en la misma medida en la que culpa al Gobierno de la Generalitat por el referéndum ilegal.

Los Mossos d’Esquadra habían asumido la responsabilidad de precintar los colegios electorales, una orden dada por la juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Mercedes Armas, según transmitieron en las reuniones de coordinación mantenidas los días pasados en la Delegación del Gobierno en Barcelona, coordinadas por el coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos.

Para materializarlo, el Mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero dió una instrucción el pasado viernes según la cual los agentes debían precintar los colegios electorales a las seis de la mañana, aunque limitando su actuación si peligraba la seguridad ciudadana.

Pero, tras la ocupación de muchos centros durante el fin de semana, las organizaciones independentistas han comenzado el día a las cinco de la madrugada concentrándose masivamente en las puertas de los Colegios. A las seis no había ni rastro de los agentes autonómicos y han comenzado a llegar las urnas y las papeletas, portadas por particulares.

La presencia de la policía autonómica comenzó a verse cerca de las siete, cuando parejas de Mossos empezaron a pasarse por los centros. Estos se limitaron a levantar acta asegurando que no podían precintar los colegios, ni llevarse las urnas, priorizando de esta manera la seguridad ciudadana sobre la celebración del referéndum.

Además, y en previsión de que se pudieran cerrar centros, el Gobierno catalán cambió las ‘reglas del juego’, es decir, las normas de la votación aprobadas por el Parlamento catalán el pasado 6 de septiembre. Lo ha hecho 45 minutos antes de que comenzara la votación, optando por hacerlo en base a un ‘censo universal’ y permitiendo que se pudiera votar en cualquier colegio y hacerlo sin sobres y con la papeleta impresa en casa.

La reacción del Ejecutivo de Mariano Rajoy ante este súbito cambio de normas no se hizo esperar y dieron por “desbaratado” el referéndum poco después de las 8:30 horas, alegando que la Generalitat había “liquidado cualquier vestigio de respetabilidad democrática”.