José Antonio Velasco propone descubrir el sentido verdadero de la Pasión

El deán de la Catedral preludia con su pregón el inicio de los actos organizados por la Junta de Cofradías, que fue anunciado por heraldos a caballo por el centro de la ciudad

El deán de la Catedral José Antonio Velasco pasará a la historia de la segoviana por ser el pregonero del año en que recibió la declaración de fiesta de Interés Turístico Nacional, y por prologar el inicio de los actos religiosos y devocionales organizados por la Junta de Cofradías por primera vez fuera de la seo segoviana. La vecina iglesia de San Miguel fue este año el lugar elegido para el anuncio de la Semana Santa segoviana, que se llenó de público para escuchar la palabra del sacerdote segoviano responsable del primer templo de la diócesis, cargada de referencias espirituales y sociales.

Como en años anteriores, el pregón fue preludiado por heraldos a caballo que partieron simultáneamente desde las iglesias de San Millán y San Esteban hasta la Plaza Mayor, acompañados por las bandas de cornetas y tambores de las cofradías de La Flagelación del Señor y de la Venerable y Santa Esclavitud del Cristo de los Gascones.

Velasco dejó clara su intención de «proclamar a Jesucristo» en su pregón, ya que la Semana Santa celebra los últimos y fundamentales acontecimientos de la vida de Cristo, en los que se fundamenta el sustrato principal de la fe cristiana. Así, señaló que la iconografía artística centra la representación de Jesús en la cruz, repetida en miles de imágenes, y se preguntó el porqué de esta reiteración «si parece que la muerte y el sufrimiento no tienen ninguna belleza». Para responder a esta pregunta, apeló a una frase de San Bernardo, en la que aseguraba que las heridas del cuerpo de cristo «nos dejan ver el gran misterio de la piedad, la entrañable misericordia de nuestro Dios».

En un tono claramente catequético y cercano, Velasco precisó que la Semana Santa «no acaba en la muerte, porque si fuera así no recordaríamos a Jesús, porque Dios no abandonó a su hijo en el Sepulcro, sino que aceptó su ofrenda y lo resucitó para confirmar la verdad de su vida y de su palabra».

presenciaTambién tuvo palabras en su pregón para la importancia de las procesiones y actos devocionales que tienen lugar en estos días, donde la «fuerza expresiva» de las imágenes y del sonido de las bandas multiplican la participación de los cofrades y hacen que la presencia de Jesús «atraviese la ciudad como luz que ilumina el trabajo y las actividades, los gozos y los sufrimientos». Además, señaló que las procesiones «no pretenden poner en escena que hace casi dos mil años se crucificó a un hombre injustamente, sino que este ombre es Dios, que llevado por su amor hasta el extremo murió por nuestros pecados».

Asimismo recordó a las personas que en estos días realizan ejercicios de penitencia durante las procesiones, y justificó estas acciones porque «a veces los sentimientos y las vivencias muy fuertes necesitan ser expresados con gestos hasta extremos». Pese a ello, señaló que en la vida cotidiana «estamos llamados a seguir a Jesús de modo menos dramático» a través de la entrega hacia el prójimo y a la participación en la vida eclesial en los sacramentos.