La empresa Yara 1999, con sedes en Villaviciosa de Odón (Madrid) y Segovia, ejecutará las obras de remodelación integral de la estación autobuses, al presentar la oferta económicamente más ventajosa, sin tener en cuenta otras dos que suponen baja temeraria. En este sentido, el coste de esta actuación municipal, que cuenta con una subvención de la Junta de Castilla y León de medio millón de euros, será de 585.059 euros (IVA excluido), lo que supone una rebaja del 30% sobre el presupuesto base de licitación, que ascendía a más de 847.350 euros (igualmente sin incluir impuestos).
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Segovia acordó ayer la licitación de estas obras que se desarrollarán en la segunda mitad del año, ya que el plazo de ejecución es de seis meses, y obligarán de nuevo al cierre de las instalaciones de la estación, habilitándose uno de los márgenes del paseo de Ezequiel González como dársena improvisada, como ya ocurriera el pasado otoño por las obras de retirada de una marquesina.
La Mesa de Contratación propuso la exclusión de dos de las 28 empresas licitadoras, Emo Obras, Construcciones, Contratas y Proyectos, cuya oferta para ejecutar las obras ascendía a 306.780 euros, (una rebaja del 60% sobre el presupuesto de licitación) y Trauxia, cuya propuesta era de 520.105,82 euros (más del 34% a la baja).
Los técnicos municipales consideran que estas dos ofertas incluyen valores anormales o desproporcionados y, además, no han presentado argumentos que lo justifiquen.
Tras la licitación, el Ayuntamiento requerirá a los responsables de Yara 1999 para que en el plazo de diez días desde la comunicación justifique documentalmente que está al día en cuanto a obligaciones tributarias y con la Seguridad Social y, en su caso, el pago de la garantía definitiva. A partir de 15 días hábiles desde esa comunicación de la adjudicación se procederá a la firma del contrato y el plazo de ejecución de las obras comenzará a correr a partir del día siguiente a la firma del acta de comprobación del replanteo.
Esta acta se elabora como máximo en el plazo de un mes desde la firma del contrato pero la alcaldesa, Clara Luquero, comentó que el objetivo es que las obras comiencen lo antes posible y aprovechar al máximo los meses de buen tiempo. De esta manera se causarán menos inconvenientes a los usuarios, añadió.
Luquero también informó de que las comunidades de propietarios del edificio anexo a la estación presentaron un recurso judicial cuando se aprobó el proyecto de remodelación integral y después de que no se tuvieran en cuenta las alegaciones que presentaron al mismo.
Como se recordará, en la Junta de Gobierno Local del pasado 25 de febrero se desestimaron las alegaciones presentadas por las comunidades de propietarios de las viviendas situadas entre el número 14 y 20 del paseo de Ezequiel González y los número 1 y 3 de la plaza de la Estación de Autobuses. Los vecinos argumentan, entre otras cuestiones, el deterioro de estructuras por el peso de la campa con los elementos que se añadirán con la remodelación proyectada, así como daños por filtraciones de agua e impedimento de vistas.
Tanto la alcaldesa como el concejal de Urbanismo sostienen que, aunque los residentes en estas viviendas, conocían cuando las adquirieron que había una estación de autobuses, su objetivo es que ésta se traslade a otra zona de la ciudad y de ahí su oposición a cualquier proyecto de mejora.
Luquero incluso dijo “casi entender, es humano” esa “beligerancia” de los vecinos, pero añadió que “es una infraestructura necesaria y hay que convivir con ello”. Recordó, por otro lado, que el proyecto a ejecutar está consensuado por las dos administraciones que lo cofinancian, Ayuntamiento de Segovia y Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León.
Desde el Grupo Municipal Popular, la portavoz, Raquel Fernández, ya alertó en el mes de marzo de una posible judicialización de este proyecto, tras mantener una reunión con los vecinos afectados y encontrar “una fuerte oposición”.
Además, tanto Fernández como el concejal del mismo grupo Juan Antonio Miranda —ambos son arquitectos de profesión— plantearon varias dudas al proyecto después de analizarlo con detalle. En este sentido, cuestionaron, por ejemplo, la necesidad de cubrir la totalidad de la campa de la estación, que no se limita a cubrir las dársenas como establece la normativa.
Los populares hicieron una relación de otros posibles inconvenientes relacionados con los accesos de los servicios de extinción de incendios a la fachada del edificio de viviendas que da a la campa de la estación, la no reparación de daños ocasionados por filtraciones, la no evaluación de la afección de gases y un punto concreto de la carpa más inmediata a la fachada que podría afectar a la servidumbre del edificio.
La campa de los autobuses se impermeabilizará y se cubrirá con un malla textil tensada
A grandes rasgos, el proyecto de remodelación integral persigue convertir lo que en este momento es una terminal o apeadero en estación de autobuses, cumpliendo los requisitos exigidos por la normativa de la Junta de Castilla y León. Para ello se impermeabilizará la campa y se instalará una cubierta sobre las dársenas con estructuras autoportantes de membrana tensada de poliéster y PVC transparente.
De hecho, el proyecto se ha dividido en dos partes diferenciadas con un presupuesto para cada una de ellas. El más costoso es el de la instalación de la cubierta textil tensada, según el diseño de los arquitectos Javier Tejera Parra y José Javier Bataller Enguix.
Se tratará de una cubierta abierta en los laterales y exenta del edificio; es decir no tocará la fachada del bloque de viviendas anexo a la estación. Se sustentará sobre una estructura a tres alturas—la central más elevada, a diez metros del suelo y las laterales de cinco metros cada una—. Sus pórticos serán de acero y se apoyarán sobre los pilares de la planta sótano. Como se recordará, en 2014 se realizó una prueba de carga en la campa para asegurar que podrá soportar el peso.
