La Fiscalía pide una pena de cárcel por la agresión al senador Álvarez

El Ministerio Público considera “acreditado” el delito, con “violencia importante” hacia el agente medioambiental, que sorprendió a los dos acusados cortando pinos de forma ilegal

El Juzgado de lo Penal acogió ayer la vista oral por una presunta agresión sufrida, en febrero de 2012, por el hoy senador del PP Juan Carlos Álvarez, en el desempeño de su trabajo como agente medioambiental de la Junta. La Fiscalía pidió para el principal acusado, A.G.M., una pena de tres años y seis meses de prisión, al considerarle autor de un delito de atentado previsto en el Código Penal y coautor de una falta de hurto, igualmente tipificada. El Ministerio Fiscal entiende que el acompañante de A.G.M., su primo M.G.M., fue coautor de una falta contra el patrimonio, solicitando para él una pena menor.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana de un día del invierno de 2012. En su declaración, Álvarez sostuvo que, después de escuchar dos motosierras en el monte número 125 —propiedad de la Comunidad de Villa y Tierra de Coca—, él decidió acudir al punto de dónde procedía el ruido, para lo que tuvo que cruzar el río Eresma. Tras llegar al lugar, en el vehículo oficial de la Junta y uniformado como agente medioambiental, se encontró allí con A.G.M. y M.G.M, quienes, de manera ilegal, estaban inmersos en el derribo de pinos para, después de su corta, llevarse la madera. “Les mandé detenerse y dije que les iba a denunciar”, relató Álvarez, que solicitó la documentación a la pareja. M.G.M. sí la entregó, pero no A.G.M., que ayer dijo que no la tenía en ese momento. Antes de acabar de cumplimentar la denuncia, Álvarez quiso tomar fotos, con su móvil, del escenario.

En ese momento, de acuerdo a la versión de Álvarez, el principal acusado “vino hacia mí”, alterado, y “de repente ví que no tenía el móvil en la mano”. El agente medioambiental se agachó al suelo, al entender que A.G.M. había tirado el celular y, cuando quiso incorporarse vio a un lado al presunto agresor, “con un madero en la mano”, en una actitud “como de cuando se va a lanzar un bate de béisbol”. En un acto reflejo, Álvarez levantó su brazo izquierdo, para protegerse, e inmediatamente el madero “se estrelló contra mi cuerpo”, cayendo el hoy senador popular que, por un instante, perdió la consciencia. Cuando la recuperó, intentó levantarse, sin conseguirlo en primera instancia, por el dolor. Mientras, M.G.M. intentaba sujetar a su primo, al que, según Álvarez, gritaba “¡Qué le vas a matar!”. “Gracias a M. estoy hoy aquí”, insistió el agente medioambiental, quien posteriormente logró abandonar el escenario, solicitar ayuda en unas naves cercanas y, por último, acudir al centro médico más próximo.

El relato de los acusados presenta notables diferencias con el del entonces alcalde de Coca. A.G.M. confesó ayer estar cortando pinos secos, sin licencia, en un monte comunal, pero no reconoció haber agredido a Álvarez. Sí dijo que “le quite el teléfono y se le tiré”. Pero “no me abalancé sobre él”. Sostuvo que “tropecé con una rama y caí al suelo (…) al lado de él”.

Por su parte, M.G.M. igualmente admitió estar cogiendo leña de forma ilegal, añadiendo que como consecuencia del forcejeo entre Álvarez y su primo “los dos cayeron al suelo” y él se interpuso entre ambos, con la intención de separarlos. No obstante, M.G.M. declaró que él no vio a A.G.M. coger un palo y golpear al agente medioambiental.

En la vista oral de ayer intervino el médico forense José María Molina, quien expuso que la presunta víctima tiene limitado desde aquella fecha la movilidad del brazo izquierdo por un golpe con un “objeto contundente”. A este respecto, Álvarez lamentó que su brazo “ha quedado con secuelas para toda la vida” y que, igualmente, sufre daños en las cervicales a consecuencia de aquel episodio.

Por su parte, la defensa de los acusados llevó al Juzgado de lo Penal, como perito, al doctor Germán Cobos, quien puso en duda la relación entre el supuesto golpe recibido por Álvarez y la lesión posterior. Para Cobos, el entonces alcalde de Coca tuvo “una contusión leve”, insistiendo en que la radiografía realizada se comprobaba que no había lesión ósea. “En un caso de este tipo, se prescribe frío local y mantener el reposo”, añadió el perito, para el que un golpe así “se debe curar en 21 días y no necesita realizar rehabilitación”. No obstante, Cobos dejó abierta la posibilidad de que Álvarez sufriera, previamente a la presunta agresión, “una lesión crónica” en esa zona.

La defensa asegura que el palo “es una invención” del exalcalde de Coca

El defensor de los dos acusados, el abogado Santiago Sastre, aseguró tras la vista oral que “si prima la razón”, ambos serán absueltos de sus cargos. Subrayó que el único testigo de la presunta agresión, M.G.M. “niega que Álvarez fuera agredido con un palo”. Sastre sostuvo que el palo “es una invención” de Álvarez, pues “hubo un cierto forcejeo, pero no agresión”. Además, indicó que el informe del doctor Cobos “desmonta” el relato de la acusación. “Estamos convencidos que las secuelas de la que habla Álvarez o son preexistentes o no existen”.

Por otra parte, Sastre quiso sacar a relucir en varios momentos de la vista oral la “enemistad manifiesta” entre Álvarez y la familia de A.G.M, dejando además entrever que el agente medioambiental había provocado a los acusados en el episodio del monte.

Tras la vista oral, el exalcalde de Coca lamentó que la defensa “haya sacado unas conclusiones en base a hechos de los que no se ha hablado en el juicio”, advirtiendo además que el letrado quiso poner en duda su profesionalidad como agente medioambiental.

Las indemnizaciones solicitadas a los acusados por la fiscalía y las acusaciones van desde los 8.000 a11.600 euros.