El sanatorio de los animales heridos

El 63% de los ejemplares que fueron atendidos en 2015 en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres, dependiente de la Junta, pudieron recobrar la libertad.

Miguel Ángel González y Francisco J. Palacios, trabajadores del Centro de Recuperación de Animales Salvajes (CRAS) ‘Los Lavaderos', están radiantes. Viendo las estadísticas de animales atendidos durante 2015 se comprende su felicidad. “Ha sido un año muy bueno, posiblemente el mejor”, sostiene el primero, ufano con los resultados.

La labor principal de ‘Los Lavaderos', un centro pionero en España en el tratamiento de animales silvestres heridos, es atender a aquellos ejemplares que ingresan en sus instalaciones — en la Carretera de Arévalo—, intentando que la recuperación sea en el menor plazo posible y la reintegración se produzca en el medio natural más adecuado para que el animal pueda desarrollar su vida en libertad.

A lo largo de 2015, en este centro dependiente de la Junta de Castilla y León ingresaron un total de 325 ejemplares. De esa cifra, 63 llegaron ya en estado cadáver (19%), mientras que el resto, 262 (81%), fueron recibidos vivos.

La gran mayoría de los animales internados eran aves (282). El número de mamíferos fue de 36, y el de reptiles, de 7. Por especies, las tres más atendidas en el CRAS fueron la cigüeña blanca, el buitre leonado y el buitre negro.

Lo más llamativo de los datos de 2015 es, sin lugar a dudas, el alto porcentaje de animales que han sido liberados tras su estancia en ‘Los Lavaderos'. De acuerdo a la información facilitada por el Servicio Territorial de Medio Ambiente, 165 de los 262 ejemplares que llegaron vivos al centro lograron recuperarse, siendo posteriormente reintroducidos en su hábitat. Dicha cifra supone “un éxito indudable” de ‘Los Lavaderos'. Casi el 63% de los animales silvestres ingresados pudieron recobrar la libertad.

Del resto (97), cinco están todavía en fase de recuperación y nueve permanecen en el centro porque ya no podrán volver a su hábitat. Los otros 85 murieron como consecuencia de las patologías que sufrían.

En cuanto a las causas de ingreso en el CRAS, la principal es la ‘caída (de un pollo) del nido', que se da en el 21% de los casos. La segunda, los atropellos (14%); y la tercera lleva por epígrafe ‘debilidad/desnutrición/deshidratación' (9%). También son frecuentes las colisiones (8%), ‘accidente con fractura' (7%) y ‘otros accidentes' (6%). En 2015, ningún animal ha ingresado a causa de disparos o por envenenamiento.

Los tres meses de 2015 con mayor número de ingresos han sido julio (75), junio (51) y agosto (42), coincidiendo con la época en la que la mayoría de los pollos echan a volar.

El personal de ‘Los Lavaderos' cumple con un estricto protocolo. Si un animal ingresa cadáver y se sospecha que fue envenenado, se procede al análisis de sus restos. Si el ejemplar está vivo, se avisa a un veterinario para que marque el tratamiento que debe llevar el animal. En el caso de las aves, inicialmente se llevan a pequeñas habitaciones, llamadas “mudas”, hasta que se recuperan de sus lesiones. Una vez curadas, pasan a los “voladeros”, donde pueden fortalecer su musculatura hasta que, una vez que están en condiciones de volver a su hábitat, se procede a su anillamiento. Finalmente, el personal del CRAS se encarga de la liberación de los animales, preferiblemente en el lugar donde fueron recogidos, para así facilitar una rápida aclimatación. Además, el personal de ‘Los Lavaderos' tiene en cuenta, cuando se trata de llevar a cabo una reintroducción, las características de cada especie. Así, un ave nocturna siempre será soltada por la noche, y un ave migratoria, en la época de paso de sus congéneres.

Mientras los animales permanecen en el CRAS se intenta que tengan el mínimo contacto con el ser humano, para evitar que queden ‘troquelados', esto es, que se acostumbren a los hombres. Un animal ‘troquelado' pierde el instinto de cazar y, con ello, su reintroducción en el medio natural de donde procede resulta un fracaso.

Una red de cinco centros atiende a las nueve provincias de Castilla y León.– Una red de centros, dependientes todos ellos de la Junta de Castilla y León, atiende a las nueve provincias de la comunidad autónoma. Además de ‘Los Lavaderos', situado en el término municipal de Zamarramala, también cuentan con Centro de Recuperación de Animales Silvestres las provincias de Valladolid y Burgos. Y también hay dos centros de recepción de fauna silvestre, en Salamanca y Zamora.

En cuanto al balance del año 2015 en dicha red de centros, según informa la agencia Europa Press, se recibieron un total de 3.963 animales, lo que representa un número ligeramente superior al del año anterior, que fue de 3.947. A nivel regional, del total de animales que ingresaron vivos, el 55,5% fueron liberados. Al igual que ocurre en ‘Los Lavaderos', en el conjunto de Castilla y León el mayor porcentaje de animales ingresados corresponde a aves (69%), seguidas de mamíferos y, en número muy pequeño, reptiles.

Aunque en los últimos años se ha producido un notable incremento de particulares que, tras hallar un animal herido en el campo, deciden trasladarlo a un CRAS, lo habitual sigue siendo que sean los agentes medioambientales y celadores quienes realicen la recogida y traslado de los animales, después de haber recibido aviso. Agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Municipal también acuden con frecuencia a ‘Los Lavaderos' con ejemplares heridos.