Himnos que alimentan la ilusión

La Muestra de Villancicos Ciudad de Segovia volvió a empequeñecer la iglesia parroquial de San Frutos

No hay color entre un villancico machacón que se repite una y otra vez en el hilo musical de un super y el cantado con todo el cariño del mundo entre amigos, para la familia, los paisanos, con los compañeros de colegio o los vecinos del barrio. La Muestra de Villancicos Ciudad de Segovia, que alcanzó la trigésimo segunda edición, volvió a dejar pequeña ayer la iglesia parroquial de San Frutos, cuando hasta 14 grupos corales aficionados contribuyeron con sus interpretaciones a alimentar la ilusión de los presentes en este acto del arranque de la Navidad segoviana.

La encargada de presentar la muestra fue la periodista Yolanda Fernández, del Ayuntamiento de Segovia , organizador de la misma, quien ante un público que ocupaba hasta los pasillos y rincones del templo, fue invitando al escenario a los seis grupos de menores de 15 años y a los ocho de mayores.

Los primeros fueron los grupos del Taller municipal de animación a la lectura, Colegio Público San José, Amadeus, Abracadabra English, Coro Infantil de El Carmen y Colegio Cooperativa Alcázar. Todos ellos interpretaron dos piezas musicales navideñas como ‘Soldadito de plomo’, ‘Tantarantán’, ‘Ha nacido’, ‘Every Christmas’, etc. El número de integrantes de estos grupos osciló entre la quincena del coro de El Carmen y los cuarenta procedentes de la Cooperativa Alcázar.

En cuanto a los grupos de mayores, actuaba en casa el coro de la parroquia de San Frutos, al que se unieron el del Hogar Centro de Mayores, Centro Multifuncional de la Iglesia Protestante Evangélica de Segovia, Coro Rociero de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Segovia, Coro Cantamañana, Allegro, Coro de Jóvenes de El Carmen y la familia de Rumba que te Zumba. En este caso se escucharon villancicos como ‘Campanas de Navidad’, ‘El tamborilero’, ‘Nana al niño Dios’, ‘En la ciudad de Belén’ o ‘Saca agua del pozo’, entre otros.

Como broche final, y con los participantes que quedaban en la iglesia, ya que debido a lo avanzada de la hora algunos de los más pequeños se habían retirado, todos juntos interpretaron un villancico popular e invitaron al público a sumarse a la celebración.

Hay quien dice que la Navidad es un estado mental, para bien o para mal, y esta muestra segoviana demostró, una vez más, que la música popular consigue recuperar las emociones más escondidas entre los recuerdos de los mayores mientras revela nuevas en los más jóvenes.