UNA OFRENDA CON FRUTOS DE MISIÓN

Centenares de segovianos pasaron ayer por la Catedral para testimoniar su devoción a la Fuencisla en la popular ofrenda

Con el «veranillo de San Miguel» como eficaz aliado, la ofrenda de frutos de la tierra a la Virgen de la Fuencisla mostró un año más (y van para cuatro décadas) el sentimiento de afecto de los segovianos hacia su patrona en un multitudinario acto devocional que transformó el altar mayor de la Catedral en una inmensa sala de estar en la que la madre recibió el cariño de sus hijos en el día de la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de La Fuencisla. El buen tiempo permitió a la organización coordinar el cortejo de participantes en el Azoguejo, donde las representaciones de los distintos colectivos y asociaciones invitadas por la Real Cofradía a tomar parte en el acto se daban cita a los sones de la dulzaina y el tamboril de la Escuela Municipal de Dulzainas y de la Escuela de Dulzainas del Cristo del Mercado.

Puntualmente, el cortejo arrancó a las cinco y media de la tarde, encabezado por la alcaldesa de las fiestas de Segovia María Bermejo y sus damas y seguido por las asociaciones participantes, así como por un buen número de turistas y curiosos que quisieron inmortalizar con sus cámaras este peculiar desfile.

A su llegada a la Plaza Mayor, la alcaldesa Clara Luquero y varios concejales se integraron en la comitiva para entrar juntos en la Catedral, donde fueron saludados por el deán Ángel García Rivilla y el obispo de Segovia, César Franco. En nombre de la Real Cofradía, su presidente Julio Borreguero preludió la intevención del oferente para resaltar el afecto de Segovia a su patrona a través de este acto, y pedir su intercesión para el año.

Posteriormente tomó la palabra el director de Obras Misionales Pontificias y del Secretariado de Misiones Anastasio Gil García, que en su condición de sacerdote y segoviano pronunció una ofrenda cargada de recuerdos y vivencias personales y en la que no faltó el recuerdo para los 141 misioneros y misioneras segovianos que llevan a cabo su labor pastoral y asistencial en 37 países de los cinco continentes.

Gil García se dirigió a la virgen para pedir como portavoz de los segovianos por los niños y jóvenes, por las familias, por los alejados y sobre todo, por las personas que atraviesan dificultades por su situación económica y social. En este sentido hizo un guiño hacia los inmigrantes y refugiados, para quienes pidió la «comprensión» de la sociedad a través de la ayuda necesaria para poder adaptarse a su nueva situación.

La lectura de la ofrenda dio paso a la entrega de los frutos por parte de las asociaciones participantes, que durante cerca de 35 minutos fueron pasando por la Via Sacra hasta el altar mayor para depositar sus ofrendas.