El Torreón albergará la colección de arte de la extinta Caja Segovia

La Fundación acometerá varias obras de reforma para que el inmueble, que seguirá acogiendo exposiciones temporales, esté abierto a las visitas

Apremiada por su precaria situación económica, la Fundación Caja Segovia utiliza todos los recursos a su alcance para aumentar sus ingresos. El organismo heredero de la extinta entidad de ahorro ultima un proyecto que permitirá abrir al público uno de sus edificios más emblemáticos, el Torreón de Lozoya, que es, a la sazón, su mayor quebradero de cabeza, por la hipoteca que pesa sobre el histórico edificio, por el préstamo que Bankia concedió a Caja Segovia para saldar una deuda tributaria, asunto que es objeto de investigación judicial.

El patronato de la Fundación Caja Segovia, constituido en marzo de 2014 y que preside Javier Reguera, ultima un proyecto para acondicionar el interior del Torreón para que pueda ser “visitable”. La institución proyecta una serie de pequeñas obras de reforma para garantizar el acceso al inmueble en condiciones de seguridad; unos trabajos que, por ejemplo, permitirán eliminar algunas barreras arquitectónicas o, su caso, mejorarán la seguridad en varios tramos de escaleras. Pero también, los trabajos serán aprovechados para acondicionar la primera planta del inmueble para exponer de forma permanente algunos de los fondos de la Fundación; esto es, una selección de las obras de arte heredadas de la extinta Caja Segovia.

En las próximas semanas, la Fundación presentará el proyecto al Ayuntamiento y a la Comisión Territorial de Patrimonio para recabar la correspondiente licencia y autorización para unas obras que “no serán muy costosas” y que “queremos ejecutar antes de acabar el año”, comentó ayer Reguera, en declaraciones a EL ADELANTADO.

El propósito es que el Torreón pueda abrir a las visitas a principios del próximo año. Previo pago de una entrada, el público podrá visitar el interior del Torreón, contemplar la muestra permanente de obras de arte de la Fundación y, en su caso, disfrutar también de la exposición temporal que puedan acoger la salas del histórico inmueble.

“Queremos tenerlo abierto durante el día y que pueda ser un espacio visitable, incluso con visitas guiadas, conocer el edificio en sí, la exposición permanente y la muestra que en ese momento acoja el edificio”, comentó Reguera. El Torreón no ha interrumpido su actividad como sala de exposiciones temporales y, de hecho, el próximo día 25 de septiembre se inaugurará una exposición sobre acueductos, fundamentalmente de Portugal.

La exposición permanente mostrará una selección del inventario patrimonial propiedad de la Fundación. En esta colección, que reunió durante décadas Caja Segovia, la pintura es mayoría, aunque “no tiene obras de grandes pintores”, avisó Reguera, quien, no obstante, indicó que estas piezas “son muy interesantes”, como también, señaló, una colección de monedas y otra de esculturas que serán objeto de exhibición. El responsable de la Fundación indicó que todo el patrimonio heredado de La Caja está “catalogado y no hay problemas de posibles pérdidas o deterioros, se trata de hacer una selección de este inventario y enseñarlo al público”.

En todo caso, la apertura del Torreón a las visitas supone una fórmula más para aumentar los ingresos que permitan el mantenimiento del edificio; como ha sido la propuesta de alquilar sus salas para celebrar eventos. Como se sabe, el pasado mes de marzo, el Ayuntamiento y la Fundación firmaron un acuerdo para que el área municipal de Turismo contribuyese a la promoción del histórico inmueble (y de la Sala Caja Segovia) como espacios para la celebración de encuentros empresariales y sociales. Desde entonces, las salas del Torreón de Lozoya pueden ser utilizadas, previo pago de la correspondiente tarifa, para todo tipo de eventos, desde reuniones empresariales hasta asambleas, exposiciones, presentaciones de libros y conferencias, hasta todo tipo de eventos sociales. A priori, no se excluye ninguna iniciativa privada, salvo aquellas que sean incompatibles con la naturaleza del histórico inmueble y puedan dañarlo.

En los siete meses transcurridos desde la firma de aquel acuerdo, no se ha producido ningún alquiler. “Ha habido alguna consulta, pero lo cierto es que no ha habido demanda”, admitió ayer Reguera, quien no acertó a explicar los motivos de este nulo interés. “El Torreón tiene inconvenientes, dificultades de acceso, para eventos de mucha gente puede ser complicado”, apuntó el presidente de la Fundación, que no cree, no obstante, que esta ausencia de demanda obedezca a las tarifas de alquiler de los espacios. Las tarifas establecidas alcanzan los 2.000 euros para la celebración de actos en la Planta Noble del Torreón de Lozoya con una duración que no supere las 4 horas; a 900 euros ascenderá el uso del Jardín y a 200 euros el alquiler del Salón de Actos para actividades (conferencias, presentación de libros…) cuya duración no exceda de las 2 horas.

En cuanto al alquiler de la Sala Fundación Caja Segovia (calle del Carmen 2) el precio establecido es de 500 euros para actividades que no superen las dos horas de duración.

Lo cierto es que la Fundación Caja Segovia trata de obtener recursos ante sus limitadas posibilidades económicas. En su presupuesto para este año figuran unos ingresos previstos de 800.000 euros, frente a unos gastos que se calculan en 1.177.000 euros; un déficit que Reguera considera ‘puntual’ porque obedece a dos aspectos concretos: la liquidación del Consorcio Agropecuario, que supuso un desembolso de 162.000 euros; y la consignación prevista para gastos judiciales, de otros 150.000 euros.

Como se sabe, la Fundación está personada en los procesos judiciales abiertos en los Juzgados número 1 (que dirime el caso de las prejubilaciones millonarias de los directivos de la entidad) y el número 5, que trata de esclarecer el caso de la hipoteca del Torreón. “Son gastos puntuales que no se tiene porqué repetir, quizá los judiciales ni siquiera se gasten este año”, indicó Reguera, quien admitió, no obstante, que el pago del crédito con Bankia supone una auténtica losa. El préstamo se estructura en el abono del pago de intereses durante los cinco primeros años, mientras que desde entonces la Fundación deberá sumar la cantidad correspondiente a la amortización. De esta manera, a partir de 2017 los 105.000 euros anuales pasarán a 1,5 millones. A este respecto, la resolución judicial sobre el “caso Torreón” será fundamental para la supervivencia de la Fundación. “Es una cuestión de ser o no ser”, reconoció Reguera, porque “no vamos a tener posibilidad de lograr ingresos para hacer frente al préstamo, si la resolución judicial no resulta favorable, tendremos que buscar otras fórmulas” para sobrevivir.