Las marionetas de Alex animan la estancia de los niños en el Hospital General

Cada mes ingresan en la unidad de Pediatría del centro unos 30 niños, cuya estancia media es de casi dos días y medio.

El Hospital General de Segovia, en colaboración con el Festival Internacional de Títeres ‘Titirimundi’, acogió ayer por la mañana en el área de Pediatría del centro sanitario la actuación de ‘Alex Marionettes’, con su espectáculo ‘Mr. Barti’.

Con la organización de esta actividad lúdica se persigue hacer más agradable y llevadera la estancia de los niños durante su ingreso en el Hospital y contribuir así a su bienestar.

Los profesionales del servicio de Pediatría y del aula hospitalaria han colaborado activamente en la organización de esta jornada especial que favorece entre los más pequeños y sus acompañantes un clima relajado, de emociones positivas que también inciden en la recuperación de su salud. “Se trata de distraerles y cambiar su foco de atención del ambiente del hospital”, señalaron desde el propio Hospital en un comunicado enviado a los medios de comunicación. Se trata de una actividad ya habitual dentro de la programación de Titirimundi y que se ha extendido a otras ciudades.

La estancia media de los 1.371 ingresos en el área de Pediatría que se registraron en el Hospital General de Segovia en 2014 fue de 2,41 días. En el primer trimestre de este año, se han registrado 311 ingresos, con una estancia media de 2,79 días.

Alex y Mr. Barti

El espectáculo que se ofreció ayer en el Hospital tiene una duración de 30 minutos. En él no se puede dejar de sonreír. El joven creador danés Alex Jorgensen cuenta sin palabras, con mimo y música, cómo la marioneta Barti se prepara para dar un concierto, mientras su ayudante le perturba, según la sipnopsis de la obra que se representa a los pequeños. Barti ama el escenario y al principio es un clásico pianista, pero pronto se transforma en una estrella de rock para después mostrar toda su pasión en el flamenco con su guitarra española. Canta baladas, se enamora de una espectadora, la invita a participar en escena y le canta una canción de amor. Al final, se despide de la chica y desaparece lentamente de vuelta a su piano.