Segovia no olvida al maestro Marazuela

La Asociación Cultural Ronda Segoviana homenajeó al autor del “Cancionero de Castilla” en el 31 aniversario de su muerte.

Nada mejor para homenajear al maestro de folcloristas y el padre de la música tradicional castellana que el sonido de las dulzainas y el baile de jota y paloteo en el lugar que Segovia quiso dedicar a su memoria. En la Plaza del Socorro, ante la estatua creada por José María García Moro, decenas de segovianos se dieron cita ayer para participar en el acto conmemorativo dedicado a la figura de Agapito Marazuela Albornos, que desde su Valverde del Majano natal extendió por todo el mundo la importancia y la tradición del folclore castellano.

En una noche templada, la Asociación Cultural Ronda Segoviana volvió a hacer gala de su poder de convocatoria para atraer a una amplia representación de la sociedad segoviana tanto en el ámbito político como en el cultural en un acto cuya única pretensión año tras año es la de recordar y homenajear la figura del folclorista segoviano.

Las dulzainas de la Escuela Municipal de Dulzainas preludiaron el inicio de los actos, que comenzaron con la colocación de un ramo de flores a los pies de la estatua de Marazuela, depositado por el presidente de la Ronda Segoviana, Carmelo Gozalo. Una vibrante “Entradilla” tocada y bailada por el Grupo de Danzas La Esteva dio paso a la intervención del músico y folclorista Feliciano Ituero, encargado este año de glosar la figura de Marazuela.

Con versos y canciones, Ituero trazó un emotivo recuerdo del maestro, al que definió como el hombre “que ha salvado del mar del olvido la sabiduría providencial del folclore castellano”; y valoró “el esfuerzo, la constancia y la sensibilidad” de las que hizo gala a lo largo de su trayectoria artística, de investigación y cultural para concluir con su personal adaptación de “la cigüeña”, una de las canciones más señeras del folclore castellano recuperada por Agapito.

El diputado delegado de Cultura de la Diputación de Segovia, José Carlos Monsalve intervino para subrayar el compromiso de la institución en defensa del folclore a través del Instituto de la Cultura Tradicional “Manuel González Herrero”, y cerró el acto la concejala de Patrimonio Claudia de Santos, que en representación del Ayuntamiento destacó de Marazuela el “don de la claridad” que le hizo conservar la identidad del alma castellana, así como su “ejemplo de integridad” a lo largo de su vida.

Las jotas y paloteos de La Esteva y la música de la Escuela de Dulzainas pusieron el colofón a una jornada donde lo importante volvió a ser Agapito Marazuela. Y nada más.