El economato de Cáritas atiende a 544 personas en su primer año de trabajo

Los responsables del servicio estiman que al finalizar el presente año serán más de 200 las familias segovianas beneficiarias de este sistema pionero en España

En José Zorrilla han transformado su hasta entonces escasa actividad en un pulso constante en el que decenas de personas aguardan pacientemente su turno para entrar en un peculiar establecimiento en el que realizar su compra semanal. Es el Economato Social «Virgen de la Fuencisla», una iniciativa abierta el pasado año por Cáritas Diocesana que con tan solo doce meses de actividad es ya toda una referencia en el ámbito asistencial y social en Castilla y León y que trasciende fuera de la comunidad.

El proyecto comienza a tomar forma a principios de 2012, cuando Cáritas Segovia decide abordar de manera integral el problema de la necesidad de ayudas especiíficas de alimentos, demandadas desde las parroquias, planteando un sistema que va mucho más allá de la estricta respuesta a la demanda de alimentos.

Belén Palomar, responsable del Economato Social, aseguró que este proyecto «fue planteado desde su inicio como un recurso temporal enmarcado en el proceso de intervención social que realizamos a cada una de las personas que llegan a Cáritas para pedir nuestra ayuda, de manera que su uso está asociado siempre a la participación en un proyecto concreto y a la consecución de sus objetivos».

«Nuestra intención no es otra que facilitar a las personas que acuden al economato una forma digna de acceder a productos de primera necesidad, impulsando la responsabilidad de los usuarios como principales implicados en el proyecto, y supeditando el acceso al recurso al logro de los fines marcados en los distintos proyectos», insiste Palomar.

Desde su apertura oficial el 14 de mayo de 2012, Cáritas Diocesana ha gestionado más de 300 solicitudes, tanto en la sede como en las distintas sedes parroquiales. El «efecto llamada» de esta iniciativa ha ido aumentando de forma exponencial el número de peticiones de acceso a este recurso, lo que ha obligado a las trabajadoras sociales de la oenegé a redoblar sus esfuerzos para analizar caso por caso cada solicitud. Así, finalmente sólo 141 solicitudes han sido incorporadas al Economato, lo que supone que a través de este servicio se atienden las necesidades de 544 personas.

«Cada caso es analizado por nuestras profesionales, que realizan un estudio de la situación de cada demandante así como de las posibilidades de acceso a alguno de nuestros proyectos de inserción -explica Palomar- y los que finalmente se desestiman son por causas como la posibilidad de acceso a ayudas públicas, ingresos familiares superiores al baremo establecido o el incumplimiento de los objetivos de intervención propuestos».

Una vez formalizada su inscripción, cada familia tiene un periodo máximo de tres meses para poder acceder al economato, para lo que se le facilita un carnet acreditativo que junto al DNI son imprescindibles para realizar sus compras. Además, se les asigna un presupuesto mensual que oscila entre los 10 y los 60 euros, en función de la disponibilidad económica y el número de miembros de la unidad familiar.

Palomar señala que los periodos de acceso son revisables, y se han dado casos de familias beneficiarias que han permanecido hasta nueve meses, siempre con el visto bueno y el seguimiento de los profesionales que trabajan en el servicio.

Ya en el economato, los beneficiarios pueden acceder a todos los productos, cuyo precio es un 75 por ciento más barato, de manera que una compra de 60 euros equivale a una por valor de 240 euros realizada en un comercio normal.

Los productos que se venden son los más básicos -legumbres, leche, pasta, galletas, pañales… aunque la demanda de los usuarios ha ido incorporando otras variedades como frutas, verduras o congelados, lo que ha obligado al economato a diversificar su oferta y adquirir la infraestructura necesaria para la adecuada conservación de los productos.

En cuanto a los recursos, el economato obtiene principalmente su financiación a través de la donación particular, que supone el 86% de l montante total, ya que el dinero que se obtiene por la venta de los productos apenas alcanza el 14 por ciento del total. Las estimaciones de la organización indican que el economato tiene un presupuesto mensual de 4.000 euros.

Familia española y de la capital

El perfil-tipo del beneficiario de este servicio puede establecerse en el de una familia integrada por tres o cuatro personas, de nacionalidad española y residente en la capital. Este bosquejo está basado en los datos recogidos en el primer año de trabajo, que indican que el 74% de los hogares que acudieron al economato están compuestos por parejas sin hijos, mientras que sólo el 16 % son familias monoparentales y el 10 % restante son parejas sin hijos o personas solas. Según el número de miembros, el 51% de las familias están compuestas por tres o cuatro personas, y el 29 % alcanzan hasta los seis integrantes, mientras que un cuatro por ciento superan los siete integrantes. Si bien es cierto que el 54 % de los hogares beneficiarios son extranjeros, también lo es el aumento de las familias españolas que acceden a este recurso, que son ya el 46% del total, mientras que del anterior porcentaje de familias extranjeras, Marruecos (40%), paises latinoamericanos (9%), Rumanía (4%) y Bulgaria (4%) se reparten las cifras. Además, el 82% de los hogares beneficiarios se ubican en la capital, y el 18% están en la provincia.

En el vídeo que acompaña esta noticia puede conocerse cómo fue el arranque de este servicio solidario hace un año.