La cena-comida navideña

Platos tradicionales: lombarda, cardo, sopas, marisco, pescados al horno, cochinillo o cordero asados... pueblan las mesas de las familias segovianas en Nochebuena.

Esta noche es Nochebuena y mañana.. Mañana habrá sobras, seguro. Al menos eso es lo que algunos segovianos cuentan. Las pantagruélica reuniones familiares alrededor de una mesa estos días navideños tienen también mucho de tradición, de platos “de toda la vida”, los de la abuela, los de la madre… Recuerdos de navidades pasadas, nostalgia y antiácido estomacal para sobrellevar los excesos.

Preguntando por ahí, en la calle, en la redacción, hasta en Facebook, resulta que los segovianos somos tradicionales para la cena de Nochebuena y es en los entrantes donde, de vez en cuando, aparece algún toque original, la novedad de la Navidad 2012-2013.

Pero lo habitual sigue los pasos de años, décadas, ¿siglos? anteriores: sopas, preferentemente de pescado o marisco, lombarda, cardo, pescado al horno (el besugo es un manjar de lujo pero todavía se estila en algunas casas), variedad de marisco, incluso moluscos como el pulpo y cochinillo o cordero asado.

Las angulas tienen precios prohibitivos para la mayoría de las familias pero las gulas se han hecho su hueco en las mesas de los segovianos estos días. Los espárragos también son muy socorridos, fáciles de preparar y ligeros y hay quien aprovecha la pasada campaña micológica para congelar la materia prima y sorprender luego a la suegra o a la cuñada con un platito de setas.

Natalia cuenta que “en mi casa no hay freno, somos de Bilbao.. Así que, al día siguiente, el 25, comemos de lo que sobró el día anterior”. Resulta que no solo los bilbaínos se desenfrenan cuando llegan estas fechas, muchos segovianos también aclaran que el día de Navidad se repite con sobras. Uno de ellos es Pedro, desde San Rafael, por ejemplo, quien añade un elemento común a otras parejas mixtas —segoviano y foránea o viceversa—: Las tradiciones de la pareja: “Mónica es asturiana , por eso en Nochebuena hay frixuelos de postre”.

Algo parecido cuenta Goyi, quien recuerda especialmente que su madre “siempre hacía lombarda, perdices escabechadas, el típico cordero asado o una tarta de pescado que estaba buenísima y no me quedé con la receta, me da rabia”. Ahora Noel, su pareja, que es norteamericano, prepara “el típico pavo relleno con puré de patata y una especie de pan de maíz propio del sur de EEUU”.

Diana confiesa que ella y su marido están “casi casi estrenando vida de casados y nos vamos adaptando a los menús de la familia política. Por eso en mi casa se ha adoptado el asado para comer en casa en Navidad”. Esta segoviana recuerda que de niña “mi madre se estresaba porque a mi hermana y a mí no nos gustaba ningún plato digno de estas fechas, así que decidimos algo para rebajar la carga de cocina para ella: cenar pizzas”.

Lo de aligerar la carga de los que cocinan también lo ensayó la familia de Juan una Nochebuena: “Nos juntábamos muchos y un año optamos por hacer huevos con chorizo, lomo, patatas fritas para todos, y fue estupendo”, comenta. De la misma opinión es Ana C., “De la cena se encargan mi madre y mis hermanos, por mí cenaría un huevo y salchichas”, sostiene.

Otra Ana vive el típico reparto de días navideños entre “la familia materna y la paterna. Con la primera, aunque se suele cambiar, lo cierto es que nos encanta una buena sopa de pescado y una rajita de congrio con patatas fritas, poniendo pimientos asados, patés, langostinos y, de postre, piña. Con la familia paterna suele ser sopa de carne con un asado, ensalada y mousse de limón”.

Sobremesa

Casi con la comida en la boca hay quien sale de casa camino de la iglesia para asistir a la misa del Gallo. Álvaro apunta otra tradición: “Si tengo 32 años, que los tengo, después del postre y de misa hay visionado imprescindible de ‘Qué vello es vivir’. La he visto 32 veces En el fondo me encanta”, confiesa. Por cierto, señala que “el día de Navidad, no sé por qué, pero en mi casa no importa nada, comemos como un día normal”.