Los hombres que miran al sol

La Obra Social y Cultural de Caja Segovia, entre dudas e incertidumbres, entre crisis ciertas y rumores varios, continúa con la programación expositiva de 2012 en sus Salas de las Caballerizas del Torreón de Lozoya, dedicando esta vez una muestra monográfica al artista Mariano Carabias. Ante tantos silencios no se nos pasa por la cabeza una alternativa de cierre de un espacio tan emblemático como representa el Torreón de Lozoya tanto para exposiciones más institucionales e históricas, como la actual de la Suite 156 de Picasso, como las llamadas Salas de las Caballerizas para exposiciones de artistas actuales.

Mariano Carabias nos viene mostrando con frecuencia no prevista y con cuidada sorpresa los cambios de su evolución creadora, fruto de una labor paciente y exigente. «Los hombres que miran al sol» es el peculiar título que da Mariano Carabias a la muestra de pinturas que nos enseña en Segovia. Título que nos recuerda a viejas tradiciones místicas, pitagóricas, templarias, incluso ilustradas, en las que el sol ha encarnado la simbolización máxima tanto de la formulación científica, como artística y, por supuesto, religiosa. El sol como luz y vida, bien y plenitud. Mirar al sol era tributo de aquellos que sin insolencia alcanzaban el máximo nivel de sabiduría y de iluminación, de los Upanishad a Platón o a Picasso, encarnando así su sangre africana.

Esta búsqueda plástica y místérica viene de lejos en la obra de Mariano Carabias siempre interesado en el lenguaje simbólico de las formas y grafos primarios, como nos muestra en la iconografía críptica de sus instalaciones en los murales cerámicos del Jardín Botánico. Signos prístinos, elementos primarios, arte transcendente.

Aún recordamos con verdadero interés la extensa y compleja exposición última en Segovia ocupando buena parte de las dependencias del Colegio de Arquitectos. Esfuerzo sincrético de viejos mitos y renovados ritos, encarnación actual de los arquetipos radicales de nuestra memoria en los personajes enigmáticos que nos rodean. Lo clásico y lo bíblico en la mirada desconcertada de cada día. Entonces Mariano Carabias mostraba la metamorfosis de los personajes cotidianos en los héroes mitológicos y en los relatos simbólicos, superando rasgos y anécdotas cambiantes. Entonces entendíamos la obra de Carabias como «una ambiciosa lectura de actualización de los grandes símbolos que subyacen en nuestra memoria colectiva». Entonces Carabias pretendía transformar lo tópico en extraordinario, encontrando el significado arquetípico en cada vivencia pasajera, de cada uno de nosotros emergía, sin explicación suficiente, un prototipo soberbio y mágico. La pintura de Carabias se enriquecía en una envolvente simbología. «Los hombres que miran al sol’ culmina ahora el proceso creativo entonces exuberante, aún dual, incluso ambiguo, de la exposición de 2010 en el Colegio de Arquitectos.

Ahora la pintura de Mariano Carabias ha hecho patente su simbolización. Es plena «hierofanía», sin ser necesariamente ni pintura religiosa, al menos en su sentido más institucional o eclesial, ni mero panteismo tan cercano a otros artistas contemporáneos como M. Chagall o como el expresionista E. Nolde.

De la misma forma que conserva su lenguaje plástico, sus texturas intensas, sus empastes coloristas, sus composiciones equilibradas, como la vida misma, poniendo y superponiendo capas y vivencias, acumulando experiencias y emociones, desvelando honduras no siempre a la vista pero que ahí están dando sentido, fundamento y quicio a la obra. Las pinturas y esculturas que ahora nos muestra Carabias retan a la reflexión contemplativa sobre la relación entre la materia y el espíritu. Sin forzar ni el ojo ni la mano y menos la sensibilidad profunda, Carabais pinta lo que le sale, sin pretensiones, en pleno diálogo, hablando y, sobre todo, escuchando. Como un «camino de luz», «danzantes en el tiempo».

Eso significa la emblemática serie de los ángeles y arcángeles, eje central iconográfico e iconológico de la exposición. Baraquiel, Rafael, Uriel, Gabriel, Salatiel, Jehudiel. Y todos como un sendero prototípico para llegar a la figura simbólica solar, Jesús, misterio y hombre. El arte como meditación y búsqueda personal.

Cada cuadro como microcosmos, como imago, como relato. El gran políptico «Él conoce el nombre de todas las estrellas» es el mapa indicial del camino.

No necesita Carabias justificar su obra. ¿Y por qué no? Buscar sin meta, estrellas como instantes, universos como personas, iconos como reflejos divinos. Tenemos los signos, la fe, la luz, la misericordia, la humildad, la intuición, la confianza, la clarividencia… la paz en sendas y bellas obras ya visualizadas, anticipadas, iamginadas.

La exposición de Mariano Carabias podrá visitarse, del 20 de abril al 20 de mayo, en el Centro Cultural Cronista Herrera de Cuéllar y entre el 1 de junio y el 1 de julio en el Centro Cultural de Santa María la Real de Nieva.

EL ARTISTA

Mariano Carabias (Segovia, 1963). Licenciado en Bellas Artes Facultad Complutense de Madrid.

Durante años realizó su labor creativa en la pintura y el diseño con la docencia en la Escuela de Arte de la Casa de los Pico de Segovia. Desde hace años se dedica únicamente a la creación artística.

Artista multidisciplinar, pintor, diseñador, muralista…, en la actualidad desarrolla su actividad pictórica junto con la realización de murales en cerámica y vidrio grabado a la arena aplicados a obras arquitectónicas.

De las muchas exposiciones tanto individuales como colectivas que ha realizado, mencionamos las últimas exposiciones:

1999. Galería Casa del Siglo XV. Segovia

2002. Galería del Rancho. Torrecaballeros. Segovia.

2003. Galería San Luca en Montorio. Madrid.

2004. Galería Claustro. Segovia.

2009. Museo del vino. Cariñena. Zaragoza.

2010. Colegio de Arquitectos. Segovia.

2011. Centro expositivo de Los Cristianos. Tenerife.

Ha realizado obras murales en cerámica y en distintos vidriados en espacios arquitectónicos públicos en Segovia:

2008. «Hércules». Mural cerámico. Palacio de la Monas en la calle de S. Agustín. Diputación Provincial.

2009. «Aves de agua». Vidrio a la arena. Centro de Los Molinos en S, Lorenzo. Caja Segovia.

2010. «Entre los árboles». Escultura cerámica. Jardín Botánico de Segovia.

2011. «La Fuente de la Vida». Escultura cerámica. Jardín Botánico de Segovia.