La antigua fábrica de Loza se reinventa en un hotel

El Balcón del Eresma prevé recuperar la actividad con un complejo residencial en lo que fue una de las empresas señeras de la ciudad de Segovia. Junto a la infraestructura turística se ha levantado un bloque para residencia estudiantil y el Ayuntamiento prevé construir una residencia.

La que fue una de las industrias más reputadas de la ciudad de Segovia, la antigua Fábrica de Loza se convertirá en un complejo residencial en el que una buena parte de sus 10.000 metros cuadrados los cubrirá un hotel.

En un enclave bucólico, en la margen izquierda del río Eresma, y dentro de una recuperada zona conocida como ‘senda de los molinos’, el nuevo edificio acogerá en torno a cien habitaciones.

Será un inmueble para el que los propietarios —la empresa familiar Progestur— han iniciado ya los trámites. La finca fue adquirida hace 16 años. Tiempo atrás había cesado su actividad y durante muchos años después estuvo totalmente abandonada.

Hoy son muchos los segovianos que guardan en sus hogares platos o fuentes que recuerdan, con el sello de la fábrica en su parte inferior, esta antigua industria. Además fueron muchos los que trabajaron en sus talleres.

La empresa promotora ha colocado ya los primeros cimientos del futuro edificio, y ha instalado el sistema de calefacción de última generación basado en tecnología geotérmica.

Junto al hotel, que estará situado en la parte más próxima al cauce del río, se ha terminado también un bloque de viviendas, y otro destinado a residencia. Para ello se iniciaron conversaciones con centros universitarios para alojar a los estudiantes, o convertirlo en Colegio Mayor.

Además se levantará una guardería municipal en un espacio que también estará dentro de lo que fue la antigua fábrica. Esta parcela la ocupará el Ayuntamiento próximamente y dispondrá de otro espacio cuyo uso aún no ha sido definido por el Consistorio.

De hecho, los propietarios de la vieja fábrica alcanzaron un acuerdo con el Ayuntamiento de Segovia para la urbanización de toda la zona. En ella se incluirán espacios públicos y otros de servicios municipales. Entre los inmuebles ya definidos se acaba de rematar una plaza circular, ahora todavía cerrada al público, y que estará dedicada al brigada Luis Conde, fallecido en un atentado terrorista en Santoña (Santander) en septiembre de 2008.

De este modo, la antigua Fábrica de Loza, que se instaló en 1843 en Segovia en lo que entonces era el extrarradio de la ciudad, tendrá varias partes diferenciadas completamente urbanas.

Los dueños aún no han definido si optarán definitivamente por un hotel o un apartahotel. La diferencia en cuanto a inversión económica es importante, y ambas posibilidades las contempla el proyecto básico ya autorizado por el Ayuntamiento. Junto al bloque de viviendas, la posible residencia estudiantil y la guardería, la zona del río Eresma contará con un ambiente totalmente renovado.

Algo de historia

Una empresa de artistas n En 1861 el segoviano Melitón Martín edificó junto al río Eresma una fábrica de loza, que explotó durante algún tiempo hasta que las pérdidas acumuladas le impulsaron a enajenarla. Luego, Marcos Vargas, hombre acaudalado, activo y emprendedor, adquirió el edificio en 1875; y aunque por entonces no era entendido en cerámica, comprendió desde un principio que, bien montada, podría dar grandes resultados. Para ello puso al frente de los talleres a personas conocedoras. Él y sus hermanos lograron hacer de este establecimiento uno de los mejores de su género. En las postrimerías del siglo XIX llegó a Segovia el ceramista Daniel Zuloaga, quien añadió prestigio y talento a la producción. De aquí salieron, además de loza fina y cerámica de alta calidad, varios objetos adquiridos por la Real Academia Española con motivo de su nueva instalación. Los adornos de la fachada de la nueva sede del Ministerio de Fomento, o los de iglesias y palacios de Madrid y el altar del Cristo de Lozoya de la Catedral de Segovia son algunos ejemplos. A primeros del siglo XX, Daniel Zuloaga trasladó su taller de cerámica artística en la iglesia de San Juan de los Caballeros, actualmente Museo Zuloaga. Pero no fue éste el único centro de artistas segovianos, pues también los hijos de Carral contaron con otro en el sitio llamado ‘La Peladera’. Y los hermanos Carretero fueron los dueños de ‘La Innovadora’, situada junto al puente de Hontoria, de donde también salieron trabajos cerámicos muy reconocidos.