Deslumbra Eugenia Manzanera

La duodécima edición del Festival de Narradores Orales se inauguró con lleno absoluto y un público entregado.

No hay nada mejor para acabar una agobiante jornada de calor castellano que una rica dosis de humor. Eso debieron pensar los ciudadanos que llenaron el aforo de la primera jornada del Festival de Narradores Orales de Segovia.

Cuando el reloj marcaba las diez menos cinco de la noche, apenas quedaban dos asientos y Eugenia Manzanera, la artista encargada de inaugurar el festival, comenzó a bromear con los espectadores más rezagados que se apuraban por encontrar una silla.

La actriz, humorista y cuentacuentos salmantina comenzó su serie de relatos con un metafórico alegato sobre el devenir del tiempo. Rápidamente el público se hizo cómplice y comenzó a colaborar con ella, ayudándola a acabar los cuentos, o dándola ideas sobre el nombre de determinados personajes.

A pesar del aparente carácter infantil que derrochaban los relatos de Manzanera, no faltaron las puyas a la SGAE y su crítica situación actual, proclamas feministas, o incluso alguna broma de contenido sexual muy bien traída.

Coplera

En la segunda mitad del espectáculo, la actriz , seguramente motivada por el calor y la activa participación de los asistentes, se envalentonó y comenzó a interpretar, con más gracia que buen tono, algunas de las coplas que marcaron su infancia. Incluso añadió a su atuendo un mantón de Manila que reconoció haber comprado en un bazar oriental.

El repicar de las campanas de la Catedral o los llantos de bebé que provenían de una de las viviendas colindantes al patio de la Casa de Andrés Laguna, le sirvieron a la narradora para incluir inesperados giros en sus relatos, haciendo gala de su admirable capacidad para improvisar.

Sus cuentos, recogidos de tradiciones africanas, asiáticas y de la propia tierra, desbordaban imaginación con un cuidado lenguaje alegórico. La narradora supo transmitir su peculiar visión del mundo, basada en vivencias de su más tierna infancia.

Cuando ya pasaban las once de la noche, la actriz se despidió del público, pero debido a las peticiones decidió quedarse a contar un último cuento de clausura, que versó sobre la creación del universo, con una visión de Adán y Eva bastante peculiar que provocó la mayor carcajada de la velada.

Si por algo se caracterizó Manzanera a lo largo de su actuación, fue sin duda por su elevada gesticulación. Seguramente fue eso, unido a su innegable gracejo, lo que provocó que no transcurriera un sólo minuto sin que se escuchara alguna risa.

Lamentablemente, fueron muy pocos los jóvenes que se dejaron caer por la Judería Vieja a disfrutar de la oratoria de Manzanera. Uno de ellos fue Samuel Mazagatos, que al contrario de lo pudiera parecer, no piensa que los jóvenes hayan abandonado la , “simplemente la buscan por otras vías”, sentenció, refiriéndose a la difusión cultural a través de las nuevas tecnologías e Internet.

El festival continúa su buen ritmo esta semana. La artista invitada de hoy será la escritora leonesa Ana Cristina Herreros, que lleva desde 1992 ejerciendo de narradora al tiempo que lo compagina con su labor literaria.