Casi hecho

El Viveros Herol Nava supera al Cisne y da un paso decisivo para lograr la permanencia

No lo tiene hecho, y viendo cómo se desenvuelve la División de Honor Plata mejor pensar así, pero el Viveros Herol Nava dio ayer un paso muy importante para conseguir la permanencia en la División de Honor Plata, tras derrotar al Cisne en un partido en el que el conjunto navero aprendió de los errores que cometió siete días antes frente a Zarautz, y supo gestionar mucho mejor sus emociones cuando se vio por detrás en el marcador.

Se medían en el frontón navero el juego colectivo segoviano ante la imaginación individual del cuadro gallego, y del lance salió vencedor el equipo que, salvando los últimos quince minutos del primer tiempo, fue más regular en su . La lectura que hizo del partido Álvaro Senovilla fue la correcta, consiguiendo que el ataque navero fuera muy fluido, y solo la tensión del momento que pasó factura a los locales, y la buena actuación durante 50 minutos del guardameta del Cisne Pablo Galán, propiciaron que el partido se mantuviera en un grito, en lugar de decantarse claramente del lado local.

Senovilla demostró por qué es uno de los técnicos más cotizados de la División de Honor Plata (algo que en Aranda saben bien…), y ordenó a sus huestes atraer la jugada por el centro, y forzar la basculación en exceso de la defensa gallega para conseguir que los extremos locales encontraran el metro suficiente como para poder lanzar en condiciones sobre la portería del Cisne.

De esta forma los segovianos llevaron la iniciativa en el marcador, marcando seis goles en los seis primeros minutos, con Bruno Vírseda e Isma Juárez aprovechando las opciones desde los extremos. Pero Galán comenzaba a avisar de sus intenciones con dos rechaces a lanzamientos de Bruno en claros contragolpes locales, más otra parada a Isma y una cuarta a Carlos Villagrán que mantuvieron a su equipo con vida, aunque sin poder evitar que el Viveros Herol se pusiera con cuatro goles de ventaja (10-6), renta que aún pudo ser más alta, obligando al entrenador del Cisne, Nano Martínez, a pedir el primer tiempo muerto para reconducir la situación.

Acertó el técnico visitante al parar el encuentro, porque logró invertir la tendencia del partido. Mientras que Galán se agigantaba en la portería visitante, Alberto Miranda comenzaba con su particular vía crucis en el marco navero, sin apenas tocar bolas. Prácticamente cada ataque del Cisne se convertía en gol, y este hecho fue afectando a la moral de los jugadores naveros, que pasaron por su ya habitual atasco ofensivo en el segundo tramo del primer tiempo, marcando solamente dos goles en quince minutos, en los que llevados por Guillermo Rial, y con Pablo Vidal como estilete, el cuadro de Pontevedra llegó a situarse con un más que inquietante 11-14. La afición navera quería animar, pero la sensación era de que se necesitaba el descanso como el comer.

Tras el paso por los vestuarios, y la arenga de Senovilla, llegó un segundo tiempo en el que el Cisne quiso sorprender al Viveros Herol con una defensa 5:1 que acabó convirtiéndose en su tumba, porque le dio al conjunto de casa los espacios suficientes como para encontrar a Darío Ajo en los seis metros, y cuando la defensa se cerraba sobre el pivote, abrir rápido hacia los extremos. Aunque Bruno e Isma Juárez fueron los encargados de relanzar al equipo en el segundo acto, no se puede olvidar que en la primera parte los minutos que jugaron Darío Ajo Martín y Pablo Rodríguez en las alas fueron de mucha calidad. La cantera navera sigue produciendo.

La defensa del Cisne no tardó en pasar por apuros, y las exclusiones con un minuto de diferencia de Pablo Vidal y Ramón Gil así lo mostraron. El cuadro visitante tuvo que afrontar tres minutos en inferioridad, y uno solo con cuatro jugadores de cancha, así que pasó lo que tenía que pasar, que el Viveros Herol redujo la diferencia a la nada, volviendo a meterse en el partido.

Daba la impresión de que lo peor ya había pasado para los locales, aunque Galán continuaba amargando la tarde de los lanzadores naveros, pero poco a poco iba bajando en su rendimiento, sobre todo cuando tenía a Darío Ajo delante, ya que el pivote fue el primero que supo leer perfectamente dónde tenía que poner la bola para que el guardameta rival no llegara a desviarla. Sobre todo la tendencia había vuelto a invertirse en el 6:0 segoviano, con Carlos Domínguez liderando al equipo en la zona central, y el resto de compañeros tratando de proteger a Miranda, que pasó de la más absoluta desesperación a la esperanza cuando logró rechazar un primer lanzamiento, con el que cogió la moral suficiente como para poner coto a su marco.

En el ecuador de la segunda parte, el Viveros Herol había pasado de perder de dos goles, a mandar por tres, por lo que Nano Martínez, viendo cómo su lanzamiento exterior estaba anulado de manera casi total por los centrales segovianos, y los extremos apenas encontraban los espacios para penetrar, fio la última baza del Cisne al veterano Rafael Dasilva, uno de los ‘viejos guerreros' del balonmano, con calidad para dar y repartir, y que mientras tuvo fuelle sujetó a su equipo para que no se cayera ante el empuje navero.

Una doble exclusión para Isma Juárez y Dani Simón puso en jaque al Viveros Herol, pero el nivel defensivo fue excelente, se pasó el momento de dificultad sin mayores daños, y a siete minutos para el final, Bruno machacaba el 26-21 que ponía a los segovianos a las puertas de la victoria.

Un último arreón gallego (26-24) devolvió la tensión al partido, pero en ese momento salió a la luz la veteranía de Alberto Camino y Carlos Villagrán para conducir al equipo, y Dani Simón se resarció del error de la exclusión con un gol y un penalti, que Juárez transformó a minuto y medio para el final. La victoria se quedaba en casa, y con ella una extraordinaria sensación de alivio que invadió el frontón municipal de Nava. El equipo hizo los deberes, y aunque todavía le queda trecho, tiene la permanencia mucho más cerca.