Una dulce orilla en la que morir

El Naturpellet cayó en la tanda de penaltis frente al Peñíscola tras hacer un gran partido

Las derrotas son derrotas y, como tal, dolorosas siempre. Pero hay unas derrotas que duelen más, y otras que te dejan un sabor más dulce que amargo. Y es ese sabor el que le debió de quedar a los jugadores del Naturpellet Segovia Futsal, que dignificaron la camiseta en el encuentro de dieciseisavos de final de la Copa del Rey que jugaron ante un Peñíscola de Primera División, que solo pudo doblegar a un mermado equipo de Diego Gacimartín en la tanda de penaltis.

Con los dos cierres del equipo fuera de la cancha por lesión, Iván Quintín y Alvarito, con otros dos (Dani Mejías y Buitre) arrastrando molestias, y con otros dos jugadores como Pope y Lucas aún muy verdes para la categoría (ojo, que llegarán), no hubiera sido de extrañar que el conjunto segoviano hubiera poco menos que tirado la eliminatoria para ponerse a pensar en la Liga, que es el verdadero objetivo del club. Pero ni Diego Gacimartín ni sus jugadores quisieron nada más que jugar al fútbol sala y disfrutar ante un oponente que en los primeros minutos de partido entendió bastante mal la propuesta segoviana, y que cuando quiso desperezarse, ya había encajado el primer gol, después de una recuperación extraordinaria de Buitre, que lanzó un contragolpe que Juanfran envió a las mallas, y cerca estuvo de recibir el segundo, con un remate de Buitre al palo.

El Naturpellet apostaba por el toque, pero bastó con que Carlos Sánchez pusiera en juego a su segunda unidad, para que el Peñíscola pasara a dominar el partido con mucha intensidad en su presión, hasta que Josiko aprovechó uno de los primeros errores de Edu en el partido para superar a Dani Simón con su remate.

No hubo más goles en la primera parte, pero en buena medida porque tanto Gonzalo en la portería visitante como Dani Simón en la local demostraron sus cualidades bajo los palos, así que el partido se metió de lleno en la segunda parte sin que sobre la cancha estuviera del todo claro la diferencia de categoría entre uno y otro conjunto, aunque (todo hay que decirlo) la segoviana pareja arbitral sí lo tuviera claro.

Dio por segunda vez el Naturpellet después de que Buitre anotara de penalti. Pero hubo poco tiempo para celebraciones, porque Verdejo se aprovechó de una dejada de su compañero Josiko para poner el 2-2 de fuerte chut, y aunque el equipo de casa reaccionó con un par de ocasiones que Edu no encontró la manera de culminar, poco a poco se fue haciendo más evidente que el Peñíscola tenía un poco más de gasolina que su rival.

Las llegadas al área del conjunto levantino se fueron haciendo cada vez más intermitentes, porque el balón rondaba una y otra vez la portería segoviana. Afortunadamente para el Naturpellet, la presencia del visitante Yeray fue toda una bendición, porque el espigado jugador del Peñíscola se empeñó una y otra vez en lanzar a portería desde todas las posiciones posibles, normalmente desde lejísimos, con nulo éxito. Y cuando pudo chutar desde cerca, Dani Simón le detuvo el penalti que pudo haber decantado el partido para los visitantes antes de la prórroga. Por cierto, y sin ánimo nada más que de contar una realidad, el partido del portero del Naturpellet fue tan bueno como para abrir el debate sobre el inquilino de la portería segoviana.

En el tiempo suplementario, Verdejo marcó de doble penalti, pero Edu igualó de nuevo la contienda culminando una buena acción colectiva cuando el Naturpellet jugaba de cinco con Dani Mejías de portero-jugador. Así la eliminatoria se tuvo que decidir en la lotería de los penaltis, donde al Peñíscola le tocó sonreír, y al Naturpellet lamentarse. Pero, más allá de la derrota, las conclusiones acerca del conjunto de Diego Gacimartín no pueden ser más positivas. Si las lesiones comienzan a respetar de una santa vez a la plantilla, las gradas del Pedro Delgado encontrarán un buen motivo para volver a poblarse de aficionados.