Un baño entre risas

El Caja forzó el quinto partido de la final tras superar con claridad al Barça jugando un partido más que brillante.

El Caja Segovia puso el punto final a su temporada de partidos en el Pedro Delgado pegándole un soberano repaso al FC Barcelona, que saltó a la cancha con el mismo aire de superioridad que mostró en el primer partido de la serie, y como sucediera en ese primer encuentro, recibió un buen sopapo en presencia del presidente del club blaugrana, Sandro Rosell, que estuvo presente en el palco del pabellón por si acaso su equipo se hacía con el título de Liga.

Pero no fue el caso, porque un Caja Segovia sencillamente extraordinario superó en todas las facetas de juego al Barça, que si el pasado viernes fue mejor, en esta ocasión tuvo que doblar la rodilla resignado a disputar un quinto partido sin Igor, de nuevo lesionado, y frente a un grupo de chavales que no entienden este deporte si no es como una diversión, aunque jueguen una final.

De entrada, Jesús Velasco dejó a todos con la boca abierta incluyendo en el quinteto inicial a Sergio González. El madrileño, harto de ver jugar a sus compañeros y no poder ayudarles por culpa de una lesión muscular, puso sobre la cancha tantas ganas que, apenas transcurridos diez segundos de partido, inició la acción ofensiva del Caja que desarboló a la defensa del Barça y acabó con Geison marcando el 1-0 en el segundo palo.

El comienzo del choque era el soñado por los locales, liberados de la presión con un gol tempranero que obligaba a su rival a llevar la iniciativa. Pero el Barça no quiso (o no pudo) llevar la manija del partido hasta bien entrado el primer tiempo, cuando ya había recibido varios contragolpes en superioridad que amagaban con llevar el 2-0 al electrónico. Carlos y Fernandao dispusieron de buenas ocasiones para batir a Cidao, pero el portero del Caja estuvo ayer tan “súper” como lo estuvo la afición que de nuevo abarrotó el pabellón llevando al equipo en volandas.

Con el Barcelona tratando de apretar, pero sin ver los huecos en la solidaria defensa del Caja, se produjo una clara falta de Javi Rodríguez sobre Esquerdinha. La acción a balón parado se resolvió con un potente lanzamiento de Lozano ante el que Cristian nada pudo hacer. Fue el 2-0 con el que se llegó al descanso y dejó la sensación de justicia en la grada.

Si quería cambiar la decoración del partido, el Barça tenía a su vez que cambiar su dinámica, pero lo cierto fue que el conjunto blaugrana, salvo un remate a la media vuelta de Fernandao que detuvo Cidao con solvencia, continuó demasiado espeso en su juego. Además, a Marc Carmona se le presentó un problema añadido, porque en un lance fortuito, Igor se lesionó y dejó a su equipo huérfano de imaginación ofensiva, con Wilde aún lejos de su mejor forma, con Fernandao bien cubierto por Geison (que jugó su mejor encuentro con la camiseta del Caja) y apelando al buen hacer de Lin, que tal y como hiciera en el tercer encuentro, de nuevo se echó al Barça a la espalda.

Un remate de Carlos en el segundo palo que se marchó fuera de manera inverosímil, y un latigazo al palo de Matías desató de nuevo las hostilidades sobre la cancha. El Caja se metió pronto en problemas de faltas, pero el Barça no tenía la frescura suficiente en sus jugadores como para intentar el uno contra uno forzando las acciones defensivas de los locales, hasta que Lin sorprendió a Cidao con un lanzamiento de falta que se convirtió en el 2-1.

El gol visitante desató unos minutos de cierta angustia en el bando segoviano, porque el Barça adelantó líneas y agobió a los de casa gastando sus últimas energías buscando el gol del empate, que rozó en algunas ocasiones. Pero lo que se encontró al final fue un latigazo de Borja a la escuadra de Cristian que dejó bien claro que el Caja Segovia no quería sorpresas en su intento por ganar el partido.

Al igual que hiciera en el primer partido, Marc Carmona trató de dar aire a sus jugadores situando a Javi Rodríguez como portero-jugador. Pero la diferencia con respecto al primer encuentro fue que el Barça no estaba en el Palau, sino en un Pedro Delgado que se transformó en una caldera en plena ebullición apoyando a sus jugadores, que salvo un desajuste en una diagonal que trazó Torras y no pudo culminar Fernandao, hicieron una defensa impecable del cinco para cuatro. Tanto fue así que Javi Rodríguez se vio obligado a volar para despejar a córner un lanzamiento de Cidao.

El Barcelona, demasiado cansado para ajustar bien sus pases, jugó con fuego hasta que se terminó quemando cuando a poco menos de dos minutos para el final, Geison se hizo con un balón y su remate a puerta vacía colocó la sentencia del partido. A partir de ese momento, y entre los “olés” del público, el Caja se hizo con el balón para no soltarle prácticamente hasta el final. El gol de Saad no hizo sino maquillar una derrota justa del Barça ante un equipo feliz y descarado, y por ello, imprevisible. De la mano de Jesús Velasco el Caja Segovia ha alcanzado una cota difícilmente imaginable hace no mucho tiempo. Pase lo que pase en el Palau, los niños del Caja se siguen riendo, y hacen disfrutar a una afición que sueña con que, el próximo fin de semana, la risa se transforme en lágrimas de intensa felicidad. Sueñen, que es de lo poco gratis que nos queda.