La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, no descartó que haya habido relaciones sexuales a cambio de favores entre funcionarios y reclusas de la cárcel de mujeres Madrid I, cuya dirección fue cesada el viernes por no actuar ante «comportamientos manifiestamente deleznables», apuntó.
Gallizo compareció ayer en rueda de prensa para explicar la cronología de los hechos que han conducido a la destitución del director, el subdirector y el administrador de la cárcel de mujeres, y a la apertura de expedientes disciplinarios a dos funcionarios. La adopción de estas medidas cautelares obedeció a que, según sus palabras, la dirección no actuó con la «celeridad necesaria» ni con «el altísimo nivel de exigencia» propio ante la sospecha de esas conductas irregulares.
«No descarto que se haya producido nada», respondió al ser preguntada por la posible existencia de relaciones sexuales entre las reclusas y algunos funcionarios a cambio de prebendas, aunque sí dijo que no hay constancia de que se tratara de facilitar drogas a las internas.
La secretaria general admitió que el 4 de abril un funcionario entró en una celda de la prisión a altas horas de la madrugada y permaneció en su interior durante un espacio de tiempo que, según Gallizo, no está justificado de ninguna manera. «No estamos dispuestos a transigir con ningún comportamiento irregular», zanjó la responsable de Instituciones Penitenciarias.
En cualquier caso, dejó claro que se trata de actuaciones completamente aisladas que nada tienen que ver con el «buen nombre» de los 25.000 trabajadores las prisiones nacionales.
Si fueron los propios funcionarios los que denunciaron los comportamientos irregulares de varios compañeros con varias de las internas, también han sido ellos, los que mejor conocen el entorno, los que han alzado la voz para culpar en parte de esta situación a la Ley de Igualdad, pues, desde el momento de su aprobación, varones empezaron a trabajar en los módulos femeninos en los que, hasta ese momento, solo podían acceder para trabajar mujeres.
Desde el Ministerio de Igualdad no tardaron en tachar esta afirmación de oportunista, ya que aseguran que desde mucho antes de que esta normativa entrara en vigor había hombres en las cárceles femeninas, por lo que la citada ley no ha tenido nada.
La secretaria general de Política de Igualdad, Isabel Martínez, afirmó que, por el contrario, esta medida «acabó con la discriminación que había entre las mujeres y los hombres a la hora de optar por una plaza en una cárcel» y explicó que la ley corrige la designación directa por razón de sexo «porque para ellas había siempre menos plazas que para ellos y para que se corrigiese esta situación ha habido denuncias y exigencias al Gobierno para que garantice la igualdad de sexo en las prisiones».
«Ahora hay igualdad al acceder a una plaza y lo que ha sucedido en Madrid I es un hecho aislado, que será severamente castigado, pero que nada tiene que ven con la ley de Igualdad. Hay mala intención por mezclar ambas cosas», apostilló.
La secretaria general de Política de Igualdad puso como ejemplo el caso de Cataluña, que tiene transferidas las prisiones desde hace mas de 15 años «y el funcionamiento de las cárceles es totalmente normal, sin problemas de convivencia, una situación similar que he visto en otros países» y comparó este hecho con la situación de la mujer en las Fuerzas Armadas, «donde las mujeres piden el destino solo en función de la ciudad que les pueda interesar»