Fomento quiere reducir un tercio las nóminas de los controladores

Los sueldos de este «privilegiado» colectivo se recortarán de 300.000 a 200.000 euros

Si dependiera tan solo de los deseos del ministro de Fomento, José Blanco, los controladores aéreos verían reducidos de manera inmediata al menos en un tercio sus astronómicos sueldos. Por supuesto, tal tijeretazo no les colocaría, ni de lejos en el mileurismo, puesto que dicha merma supondría que, en lugar de 300.000 euros como media, sus honorarios anuales quedarían en unos más que espléndidos 200.000.

Tal y como explicó gráficamente el también número dos del PSOE, semejante nómina será todavía el doble que la de un médico cualificado o un magistrado, y «dos veces y media» la del propio titular del ramo.

La medida, por supuesto lejos aún de ser una realidad, habida cuenta de que depende de la negociación entre tan privilegiados asalariados y Aena, supondrá no solamente un ahorro sustancial del coste de la navegación aérea española, sino que se antoja esencial para «recuperar la gestión» del control de vuelo, ahora mismo en manos de los controladores, que crearon una especie de dictadura de facto merced a su generosísimo convenio colectivo, sellado en 1999.

Ahora, con ese estratégico objetivo, y con el no menos importante de reducir un 15 por ciento las tasas de navegación aérea, Fomento quiere meter mano a unos sueldos que a casi todos se les antojan desorbitados.

En toda la red española hay 2.300 controladores aéreos, de los cuales 28 cobran más de 700.000 euros; 135 ganan más de 600.000 euros y 713 tienen un sueldo que oscila entre los 360.000 y los 540.000 euros. Unos pocos ganan más de 900.000.

En total, según apuntó ayer Blanco, la masa salarial de estos profesionales se ha multiplicado por más de cinco en la última década, al pasar de los 140 millones de 1999 hasta los 730 del año pasado. Por contra, los controladores trabajan 1.200 horas «cobradas a precio de oro», frente a la media de 1.800 horas del resto de asalariados.

«Y no solo están en una situación económica de privilegio, sino que, además cada poco tiempo generan alguna incomodidad», añadió el ministro en su intervención en un desayuno informativo en referencia a las huelgas encubiertas a través de oportunas y múltiples bajas laborales.

Por todos esos motivos, el jefe de Fomento apeló a los controladores para que suscriban un «particular compromiso» con el objetivo de «racionalizar sus condiciones de trabajo», equiparándolas a sus homólogos europeos, con el objetivo de equilibrar las cuentas de Aena y ofrecer «tarifas más competitivas».

Según apuntó recientemente el socialista, las elevadas nóminas de este colectivo son una de las causas principales del déficit anual de 300 millones de euros que genera la navegación aérea.

También con la doble intención de ahorrar y de racionalizar las plantillas, Blanco anunció que se suprimirá la figura del controlador en al menos una docena de aeropuertos que tienen menos de 50 operaciones al día.

Ante la cada día más cierta perspectiva de perder buena parte de sus privilegios, los representantes de los controladores recurrieron un día más a la presión y advirtieron veladamente de que podrían ocasionar nuevos colapsos en los aeropuertos, ya que «la polémica podría repercutir en la concentración y la serenidad» que exigen su trabajo diario. Acto seguido, la Unión Sindical de Controladores lamentó «la campaña de desprestigio y manipulación» supuestamente puesta en marcha contra ellos y apeló «al sentido de responsabilidad de todas las partes», pero de ningún modo se mostró siquiera dispuesta a estudiar posibles recortes salariales.