La segunda jornada del juicio por los fallos en las identificaciones de 30 de los 62 militares españoles fallecidos en el accidente aéreo del Yak-42 puso ayer de relieve que no solamente las autoridades turcas o los despistes burocráticos estuvieron detrás de semejante concatenación de fallos, sino que, en un modo u otro, las prisas de Defensa por repatriar los cadáveres también influyeron en la chapuza.
Así lo certificaron varios de los testigos al afirmar que el Ministerio entonces dirigido por Federico Trillo quería devolver a España los cuerpos «cuanto antes», pese a que conocía que una treintena no estaban identificados.
Especialmente significativas, por el alto rango de su protagonista, fueron las palabras del teniente general José Antonio Beltrán, quien explicó que Trillo le encargó traer los restos de los fallecidos «cuanto antes» para que se pudieran celebrar los funerales de Estado con los féretros. «Para mí no era un impedimento que no estuvieran identificados, siempre y cuando fuera legal», señaló.
Beltrán cargó todas las culpas contra el también general Vicente Navarro, imputado junto al comandante José Ramón Ramírez y al capitán Miguel Ángel Sáez por la falsificación de los documentos que acreditaban los nombres de las víctimas. Así pues, siempre según Beltrán, fue Navarro quien le aseguró que los 62 cuerpos estaban identificados, a pesar de que el fiscal turco les advirtió de que casi la mitad de los afectados no tenían filiación asignada. «En la lista de Navarro, los cuerpos no tenían nombre, sólo número, pero de eso me he dado cuenta con el tiempo», señaló durante su testimonio. Muy similares fueron los argumentos del comandante auditor jurídico militar Alberto Ruiz de los Paños, que reveló que, cuando llegó a Madrid, el 28 de mayo de 2003, dos días después del siniestro, informó a Defensa de que habían vuelto 30 militares sin identificar. Tal aseveración contradice también el testimonio que prestó Navarro el martes ante la Audiencia, en el que aseguró que él mismo identificó a todos los fallecidos antes de regresar.
A preguntas del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, el jurista militar, que acudió a Turquía como miembro de los servicios legales del Ministerio, detalló que fue el coronel Ignacio de la Riva quien recibió sus informes.
Horas antes, por la mañana, Beltrán y los capitanes enfermeros Antonio González y Jesús Javier Couceiro coincidieron en afirmar que había instrucciones para que la repatriación de los cadáveres se hiciera «cuanto antes», en contra de lo manifestado tanto por Navarro como por los otros dos acusados, que sostuvieron que no habían recibido presiones para realizar una repatriación urgente de los cadáveres.
Hoy pasarán por el estrado el que fuera cónsul de España en Turquía, Raimundo Ezquerra, el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa general Félix Sanz Roldán y varios familiares de los fallecidos.