Capturado en Bélgica un etarra al que la banda mantenía en reserva

Luis María Zengotitabengoa, que figuraba en la lista de los terroristas más buscados, está relacionado con el alquiler de una furgoneta interceptada en Zamora cargada de explosivos

La Justicia ha vuelto a asestar un golpe certero a la banda terrorista ETA con la detención del presunto miembro de la organización Luis María Zengotitabengoa, que fue capturado ayer en la ciudad de Ostende, en Bélgica, en una operación organizada por la Guardia Civil en colaboración con las autoridades de ese país.

A Zengotitabengoa, nacido en Durango, Vizcaya, se le relaciona con el alquiler de una furgoneta cargada de explosivos que fue interceptada en enero en Zamora y aparece en la lista de terroristas más buscados por la Benemérita y la Policía Nacional. El presunto etarra es hermano de Andoni Zengotitabengoa, que fue detenido el pasado 11 de marzo en el aeropuerto de Lisboa cuando intentaba huir a Caracas (Venezuela) portando un pasaporte mexicano falso. Andoni estaba huido desde 2003 y es sospechoso de organizar, junto con Oier Gómez Mielgo, un depósito de 1.500 kilos de explosivo en la casa hallada el pasado febrero en la urbanización de Casal de Avarela, en la localidad portuguesa de Obidos. La guardia Civil sospecha que el detenido estaba actualmente integrado en un talde de reserva de la banda.

La detención de Zengotitabengoa eleva a 67 los supuestos etarras arrestados en lo que va de año, entre ellos Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, considerado el último jefe del aparato militar de la banda.

Una de las operaciones más importantes contra la banda en 2010 tuvo lugar a principios de año, cuando la Policía portuguesa apresó a los supuestos etarras Garikoitz García Arrieta e Iratxe Yáñez Ortiz de Barron, que habían pasado a territorio portugués huyendo de un control de la Guardia Civil española, una actuación que llevó después a la desarticulación del envío de explosivos a Portugal.

En enero, la Guardia Civil también detuvo a Pedro María Olano en la localidad guipuzcoana de Lizartza y ya a finales de febrero cayó uno de los máximos responsables de la organización terrorista, concretamente el jefe del aparato militar, Ibon Gogeaskoetxea, al ser arrestado en la región de Normandía junto a otros dos presuntos integrantes de la banda. En marzo se capturó en París a Joseba Fernández Aspurz tras un tiroteo en el que falleció el policía francés y un mes más tarde, la Guardia Civil detuvo en distintas localizaciones del País Vasco a 10 personas, entre las que se encontraban tres abogados que defendían habitualmente a presos de ETA y que hacían de correo entre éstos y la dirección de la banda criminal.

Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, considerado el último jefe del aparato militar al sustituir a Gogeaskoetxea, Gurutz Aguirresarobe, el autor material del asesinado jefe de la Policía Municipal de Andoain en 2003, Joseba Pagazaurtundua y el de ayer, han sido los últimos etarras en ser apresados.

Varios han sido los miembros de ETA que han utilizado Bélgica como refugio para huir de la Justicia, al igual que Zengotitabengoa.

Éste fue uno de los primeros países en extraditar a presuntos etarras, aunque ha mantenido también varios litigios con las autoridades patrias cuando éstas le han reclamado la entrega de supuestos terroristas. En todo caso, la estructura de la banda parece haberse desplazado al norte de Francia y Estados vecinos, como Bélgica, ante la mayor presión que ejercen las fuerzas de seguridad en España y el sur galo.

Mientras, los Mossos intervinieron ayer por la tarde para evitar que los simpatizantes de Laura Riera leyesen un manifiesto en la Plaza del Raspall de Gracia, en la Ciudad Condal, en el que además iban a anunciar la desconvocatoria de todos los actos programados en homenaje a la colaboradora de ETA.

A media tarde un agente de la Policía autonómica catalana leyó un breve comunicado a través de un megáfono explicando que debía suspenderse el acto de homenaje a Riera y la manifestación de las antorchas, por órdenes judiciales, pero su intervención no quedó ahí y, poco después, los uniformados cargaron contra una marcha espontánea de jóvenes radicales e independentistas que los simpatizantes de Laura Riera habían iniciado después de haber sido desconvocado el acto de homenaje a la mencionada terrorista.

En la marcha participaban casi dos centenares de personas que proferían gritos dando la bienvenida a casa a Riera -salió ayer de la cárcel- y llevaban una pancarta que rezaba Por los derechos políticos y civiles, disolución Audiencia Nacional, en alusión a que este tribunal ha prohibido el homenaje.