Un tribunal federal de Nueva York juzgará a los responsables del 11-S

El consejero de la Casa Blanca encargado del cierre de la base naval presenta su dimisión dos meses antes de que se cumpla el plazo dado por Obama para su clausura.

Con ocho años de retraso, el cerebro de los atentados terroristas del 11-S, Jaled Sheik Mohamed, y otros cuatro imputados serán trasladados desde Guantánamo a una cárcel de alta seguridad de Nueva York para ser juzgados ante un tribunal federal, que podría condenarles a pena de muerte, según anunció ayer el fiscal general estadounidense, Eric Holder.

«Los presuntamente responsables de los ataques se enfrentarán finalmente a la justicia», subrayó Holder, que precisó que prevé que los fiscales soliciten la pena de muerte contra todos ellos.

«Estos fueron unos crímenes extraordinarios, por lo que solicitaremos penas máximas», afirmó. «Las leyes federales nos permiten pedir la pena máxima para delitos capitales y mientras revisamos las pruebas y circunstancias siguiendo los protocolos establecidos, espero que los fiscales soliciten la muerte de cada uno de los presuntos conspiradores del 11-S».

Además de Mohamed, la decisión afecta a Ramzi Bin al Shibh, Walid bin Attash, Ali Abdulaziz Alí y Mustafá Ahmed al Hawsawi, quienes serán juzgados en el Tribunal de Distrito para el distrito sur de Nueva York que se encuentra, precisamente, a escasa distancia de donde estaban las Torres Gemelas destruidas en los ataques.

Holder adelantó que los arrestados serán trasladados a Estados Unidos tras cumplir todos los requisitos legales, incluidos los 45 días de aviso e informe al Congreso, y tras haber consultado a las autoridades estatales y locales. Todos ellos serán encarcelados en unidades de máxima seguridad en Nueva York que ya han acogido a otros presuntos terroristas.

«Durante más de 200 años nuestro país ha confiado en una fiel adherencia al estado de derecho para llevar a los criminales ante la justicia», subrayó Holder. «Una vez más, pediremos a nuestro sistema legal que afronte ese reto y confío en que responderá con imparcialidad», añadió.

A este respecto, el presidente estadounidense, Barack Obama, que se encuentra de gira por Asia, señaló desde Tokio que Mohamed «será sometido a las demandas más exigentes de la justicia». «El pueblo americano insiste en ello, y mi Administración también lo hará», aseguró.

La decisión sobre cómo se juzgarán a estos reclusos se produce pocos días antes de que concluya el plazo dado por un juez al Departamento de Justicia para que decidiera cómo procesará a numerosos detenidos en Guantánamo. Desde el comienzo de su gestión el presidente Obama prometió que clausuraría el 20 de enero de 2010 el centro de detención, donde cientos de sospechosos de han permanecido confinados sin juicio desde comienzos de 2002. Sin embargo, este plazo parece que no se cumplirá.

Este puede ser uno de los motivos por los que el consejero legal de la Casa Blanca, Gregory Craig, encargado del cierre de la prisión, anunció ayer que abandonaba su cargo y volverá a la práctica privada de la Abogacía.

Craig será reemplazado por el demócrata Bob Bauer, el letrado personal de Obama.

Tras hacerse pública la decisión, el dirigente norteamericano elogió la figura de Craig, «un amigo cercano y consejero en el que confío, que ha abordado muchos desafíos complicados como asesor de la Casa Blanca».

Entre otras cosas, recordó que el consejero legal fue la persona que guió el proceso de selección y confirmación de la jueza Sonia Sotomayor como la primera magistrada latina en el Tribunal Supremo estadounidense.

Además, «garantizó que mantenemos seguro el país de modo consistente con nuestras leyes y nuestros valores».

Por su parte, el nuevo consejero legal «es conocido como un abogado duro y muy respetado», que deberá hacerse cargo de un abanico de responsabilidades, como la de «acometer los numerosos litigios que esta Administración ha heredado».

La partida ya se rumoreaba desde hace semanas, en particular después de que altos funcionarios indicaran que Craig había dejado de ser el principal responsable del proceso de cierre.