Strauss-Kahn, un hombre libre

El ex director del FMI se muestra agradecido por el fin de esta «pesadilla» y podrá volver a su país, donde una periodista también le acusa de haber abusado de ella en 2003.

Se acabó el sufrimiento para Dominique Strauss-Kahn. O, al menos, por el momento. Y es que el político francés ha sido liberado de todos los cargos que pesaban contra él desde el pasado 14 de mayo por agresión sexual e intento de violación a una camarera de un hotel de Manhattan.

Tal y como se esperaba, y tras la petición del fiscal, el juez encargado del caso, Michael Obus, desestimó las siete acusaciones tras la denuncia presentada por la empleada de origen guineano Nafissatou Diallo, por lo que el ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) podrá volver a su país.

Nada más conocer la sentencia, el economista galo calificó de «pesadilla» los últimos dos meses y medio, tanto para él como para su familia, y aseguró que ahora que ha quedado en libertad espera regresar a su hogar y «tratar de volver a tener una vida más normal».

Strauss-Kahn, quien manifestó que ya no hará más comentarios al respecto, se declaró «profundamente agradecido» hacia su mujer, Anne Sinclaire, quien le ha apoyado desde que se destapó el escándalo, y por las muestras de apoyo recibidas de todos sus amigos de Francia y de EEUU que creyeron en su «inocencia».

El ex jefe del FMI expresó también su gratitud al juez Obus y al personal de los tribunales por «el esfuerzo para protegernos a mi esposa y a mí cuando hemos venido aquí», así como al fiscal Cyrus Vance, a quien agradeció su «profesionalidad» al haber acordado retirar los cargos en su contra.

Con traje y corbata azul y el semblante serio, el socialista había llegado al juzgado a primera hora de la tarde acompañado de su mujer, vestida de traje negro, y rodeados de grandes medidas de seguridad y una amplia atención mediática, ya que desde por la mañana eran numerosos los medios de comunicación y curiosos que se agolpaban en los alrededores del juzgado.

El también ex ministro de Economía no estuvo ni una hora en el juzgado, que abandonó con la sonrisa contenida, entre los gritos de cerca de una veintena de personas que portaban pancartas en las que se podía leer Vete a prisión, Justicia para Diallo o DSK trata a mujeres como propiedad.

Sin credibilidad

La Fiscalía había comunicado el lunes a la demandante y a su abogado que el caso había perdido toda su fuerza y que iban a recomendar al juez Obus que desestimara los cargos.

Tras una «extensa» investigación, la oficina del fiscal recomendó retirar las acusaciones, porque tenía dudas sobre el testimonio de la demandante y no podía probar «más allá de toda duda razonable» que el encuentro sexual fue «forzado y sin consentimiento».

Los problemas de credibilidad de la supuesta víctima hicieron que el caso perdiera ya fuerza en junio, cuando los fiscales descubrieron que Diallo mintió en su petición de asilo a EEUU y cuando encontraron una conversación telefónica en la que preguntaba a un conocido «cómo podría conseguir dinero acusando» al francés.

Una vez solucionados sus problemas con la Justicia estadounidense, Strauss-Kahn volverá a retomar su pesadilla en su país, donde una periodista le acusa de un intento de violación en 2003.