Sigue el tira y afloja político en el acuerdo sobre la deuda de EEUU

La cadena neoyorquina CNN asegura que la Casa Blanca y el Congreso habían acercado posiciones, que contemplan reducir el déficit en tres billones de dólares en 10 años.

La pelota se situó en esta ocasión en el bando republicano y continúa el debate sin consenso acerca del plan de rescate de la potencia mundial. El Senado de Estados Unidos optó ayer por seguir debatiendo sobre la deuda del líder demócrata en esa Cámara, Harry Reid, lo que redujo las posibilidades de que su propuesta pueda ser votada antes de la fecha crítica del 2 de agosto. Con 50 votos a favor y 49 en contra, el mandatario no logró la mayoría de 60 votos que necesitaba para acabar con el tira y afloja, y dar vía libre a su estrategia para elevar el techo de gasto, que ya fue rechazado en el pleno de la Cámara de Representantes.

El sufragio fue, sin embargo, un mero procedimiento legislativo que no valora aún el contenido del programa de Reid y que queda en un segundo plano frente al potencial pacto que parece estar tomando forma en las negociaciones a puerta cerrada entre el Congreso y la Casa Blanca.

El propio dirigente demócrata de la Cámara Baja indicó tras la votación que tiene «esperanzas y confía» en que el acuerdo que negocia el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, con el Gobierno de Barack Obama «pueda salir adelante», aunque subrayó que «aún no es una realidad».

Pese a que Reid se reservó la capacidad de volver a presentar su propuesta, lo más probable es que el proyecto que voten los senadores sea el que se forja en el Capitolio, donde el vicepresidente Joe Biden se encuentra en permanente contacto con los representantes del Congreso.

El líder demócrata advirtió a sus compañeros que es posible que ese planteamiento salga a la luz, por lo que aconsejó estar pendientes. Por su parte, McConnell aseguró ayer mismo que existe un principio de acuerdo entre el Congreso y el presidente del Gobierno, para evitar que la nación entre en quiebra está «muy cerca».

El senador republicano confió en que ese diálogo se concretará «pronto», y adelantó que proyecta una reducción del déficit de tres billones de dólares en los próximos 10 años y que no contará con «ningún aumento de impuestos».

Gene Sperling, uno de los principales asesores económicos de Obama, confirmó que la solución contempla reducir el déficit en dos fases, con una primera inmediata de cerca de un billón de dólares y otra posterior, que se decidiría antes de diciembre en un comité creado especialmente para ese fin en el Congreso.

El principal asesor político de la Casa Blanca, David Plouffe, manifestó que es un día «crítico» para elevar el techo de la deuda, que ahora se sitúa en 14,3 billones de dólares, algo con lo que el Ejecutivo pretende zanjar las incertidumbres financieras antes de la apertura de las bolsas asiáticas.

Por otro lado, el senador demócrata Charles Schumer subrayó que aún no se ha llegado «a nada firme». «Lo más importante es que ha habido conversaciones constructivas, y que la moratoria está mucho más lejos de lo que estaba el sábado», confesó Schumer. El senador señaló que el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, está siendo «consultado cada hora por el Gobierno». No obstante, consideró que aún es «muy pronto para saber» si el plan esbozado reunirá los votos suficientes entre los demócratas, e indicó que aún debe haber concesiones de los republicanos para llegar a un acuerdo «equilibrado» que combine nuevos ingresos a las arcas públicas con recortes al gasto.

Los dos legisladores hicieron sus declaraciones poco después de que la cadena CNN asegurase que la Casa Blanca y el Congreso habían llegado a un principio de acuerdo.

Ese posible acercamiento, aún básico y no definitivo, elevaría el límite de la deuda lo suficiente para que no tener que volver a alzarlo hasta que acabe 2012, y con él las elecciones presidenciales.

Tea party ‘power’

Quien piense que el movimiento ultraconservador Tea Party no es más que un grupo de trasnochados que se dedican a proclamar sus soflamas inspiradas en los yacimientos de Atapuerca y que se juramentan para defender la idea de que hay que andar armado hasta en la salita de casa con una escopeta y con una Biblia está en lo cierto. Aunque a medias, porque no es solo una banda sin más, sino una que tiene un poder cada vez mayor. Y para muestra, lo que está sucediendo al otro lado del charco.

El daño que está causando esta influyente corriente de derechas a Estados Unidos y, por añadidura, al mundo, es realmente enorme, y eso no les inquieta lo más mínimo, porque lo único que les interesa es derrocar al negro Obama, al que odian de una manera tal que parecen esos penitentes de blancas túnicas que se dedicaban a defender la supremacía de los WASP (blancos anglosajones y protestantes).

Posiblemente, Sarah Palin, su cara más conocida, tenga la fecha del 2 de agosto marcada en rojo, la de la hipotética suspensión de pagos. El rechazo de la Ley Boehner y la aprobación de la Reid, sin más, no parece una solución porque esta última no tiene ninguna posibilidad de pasar en la Cámara de Representantes, a menos que el liderazgo republicano rompiera con el Tea Party, lo que no parece probable. Quieren ver morir al enemigo, aunque caigan con él.