Ahora que llega el momento de la verdad para los candidatos a las elecciones presidenciales francesas, parece que la lucha será más encarnizada de lo esperado entre el aún jefe del Ejecutivo y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, y el líder socialista, François Hollande. Y es que, a pesar de que todos los vaticinios daban una ventaja muy grande al aspirante de la izquierda en la segunda vuelta del próximo 6 de mayo, los últimos sondeos indican que el conservador está recortando terreno a pasos tan agigantados que pueden terminar por dar un giro a los resultados.
Todas las encuestas coinciden, desde hace ya tiempo, en que Hollande conseguirá el triunfo en las urnas dentro de semana y media. Pero la última, publicada ayer por el instituto CSA, desvela que el cabeza de lista de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) ha mejorado notablemente y ha conseguido recortar dos puntos porcentuales a su adversario, aunque el resultado sigue teniendo color rojo, con un 54 por ciento para el socialista y un 46 por ciento para Sarkozy. Una diferencia que, según todas las previsiones, continuará recortándose con el paso de los días.
La espectacular subida en apoyos de la ultraderecha de Marine Le Pen parece ser la causa principal de este ascenso de popularidad del presidente, ya que el Frente Nacional abogaría, previsiblemente, por la abstención o la UMP. De hecho, según el sondeo del CSA, el inquilino del Elíseo conseguiría hacerse con el respaldo del 53 por ciento de la formación extremista, un dato que, sin duda, sustentaría su aumento en las encuestas.
Pero el candidato conservador todavía tendría que intentar recabar votos de otras formaciones. Una labor complicada, más teniendo en cuenta que, según el informe, Hollande es el aspirante a la Presidencia que más unifica y al que más se le escucha. Así, el socialista cosecharía un amplio porcentaje de apoyos del partido de centro de François Bayrou y casi todos los votos del Frente de Izquierda de Jean-Luc Melenchon.
Mientras tanto, Sarkozy está considerado un candidato con más sangre fría y notablemente más competente que su adversario político.
Primer ministro
Mientras continúan a la espera de conocer cuáles serán los resultados finales en las urnas, los dos candidatos empiezan ya a perfilar quiénes serán las personas que les acompañarán en su travesía, en caso de victoria.
Todo parece indicar que si consigue finalmente el triunfo en las urnas, el presidente eligirá a uno de sus ministros para que sea su delfín y ocupe el cargo de primer ministro. El favorito en las quinielas es el titular de Exteriores, Alain Juppé.
En el bando socialista, Hollande se decantaría por la primera secretaria del partido, Martine Aubry.