Monti se olvida de los políticos en su nuevo Gobierno

El primer ministro italiano se rodea solo de expertos para sacar al país de la crisis

Era una de las principales reclamaciones de los partidos italianos y, finalmente, el nuevo primer ministro, Mario Monti, les hizo caso y asumió ayer el cargo de jefe del Gobierno y de titular de Economía y Finanzas en un Ejecutivo íntegramente formado por tecnócratas.

Durante la ronda de contactos, las formaciones le habían pedido que no nombrase a ningún político en su Gabinete y se rodease únicamente de expertos, algo que cumplió el excomisario europeo al dar a conocer a su equipo, con el que pretende hacer frente a la grave crisis económica que sacude el país, así como a infundir confianza a los mercados.

Monti juró por la tarde ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, su cargo como nuevo primer ministro y titular de Economía y Finanzas, horas después de anunciar la composición de su Ejecutivo, que ahora deberá recibir el refrendo del Parlamento, en lo que se espera que sea un trámite fácil, dado el apoyo casi unánime manifestado por los grupos parlamentarios.

Después del solemne acto de toma de poder, en el que estuvo acompañado de la mayoría de miembros de su Gabinete (integrado por 12 titulares con cartera y cinco sin ella), el mandatario se dirigió a la Presidencia del Gobierno, donde se realizó el traspaso de poderes con Silvio Berlusconi, que dimitió el pasado sábado como primer ministro al perder la mayoría absoluta en la Cámara Baja y una vez fueron aprobadas las reformas exigidas por Bruselas.

Este Ejecutivo destaca por la ausencia de políticos y el elevado número de profesores universitarios y empresarios, entre los que destaca el banquero Corrado Passera, hasta ahora consejero delegado y director ejecutivo del grupo bancario Intesa Sanpaolo, la segunda entidad financiera de Italia.

El primer sí parlamentario al nuevo Gabinete llegará esta tarde en el Senado, en un voto de confianza previsto para las 20,30 horas, tras lo que llegará el turno de la Cámara de los Diputados, previsiblemente mañana.

Monti deberá hacer frente con este Gobierno a uno de los momentos más complicados de la economía de Italia, en el punto de mira de los mercados por la desconfianza que generan sus cuentas públicas, con una deuda del 120 por ciento del PIB (cerca de 1,9 billones de euros).

La intención del nuevo primer ministro es llegar hasta el fin de la legislatura, en 2013, para sentar las bases de la recuperación económica del país, que necesitará, según ha dicho el propio premier, de importantes sacrificios.