Las ayudas por las consecuencias del veto ruso serán prorrogadas por un año

La Comisión Europea decidió prolongar las ayudas destinadas a los productores europeos de frutas, hortalizas y del sector lácteo, afectados por el veto de Rusia a estos productos hace casi un año.

En concreto, los subsidios al sector hortofrutícola podrían entrar en vigor la semana que viene, mientras que los correspondientes a los productos lácteos están previstas para el 1 de octubre.

“La Comisión está finalizando los últimos detalles con el objetivo de tomar decisiones legales en las próximas semanas”, aseguró en rueda de prensa la portavoz de la Comisión, Mina Andreeva.

Por su parte, el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, destacó que estas medidas permitieron mitigar los efectos del veto ruso y que un año después “es necesario continuar aportando seguridad a los productores que siguen enfrentándose a las dificultades” relacionadas con dicho veto en reacción con la posición de la Unión Europea ante la crisis ucraniana y la importación de gas.

Así, las actuales ayudas al sector lácteo, que consisten en apoyos al almacenamiento privado así como medidas de compra pública, perderían su vigencia el próximo 30 de septiembre, pero serán prolongadas hasta el 29 de febrero del año que viene.

En el caso de las frutas y hortalizas, Bruselas extenderá hasta el 30 de junio de 2016 las medidas que finalizaron el 30 de junio de este año, y cubrirá la mayoría de los productos, incluidos los melocotones y las nectarinas.

Las ayudas a este sector se basan en retiradas de producto para su distribución entre organizaciones caritativas o para utilizarlos para otros objetivos, como la alimentación animal, así como las ayudas por la cosecha en verde y por la renuncia a cosechar que se establecieron como medidas aceptables para paliar las graves consecuencias que tuvo en el sector el veto ruso a la importación de esa clase de productos provenientes de la Unión Europea.

Las cantidades concretas serán asignadas a los Estados miembro de la UE que hayan exportado cantidades significativas de estos productos durante los últimos tres años. Además, podrían ser retiradas hasta 3.000 toneladas del mercado en todos estos países con el objetivo de estabilizar el mercado y poder alcanzar una normalidad en el sector que tenía a Rusia como a uno de sus principales exportadores en sus productos.