El exdictador argentino Jorge Rafael Videla, que falleció en la cárcel este viernes a los 87 años, murió a causa de múltiples fracturas y por una hemorragia interna provocadas por una caída que sufrió el pasado domingo mientras se bañaba; unas circunstancias que se sumaron a un problema cardíaco de base, según se desprende de los resultados preliminares de la autopsia que se conocieron ayer.
El cuerpo sin vida del genocida, que recibirá sepultura entre hoy y mañana en el cementerio de su ciudada natal, Mercedes, fue encontrado en el inodoro de su celda durante un recuento rutinario en el penal de San Marcos, donde cumplía cadena perpetua por los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante su cruel mandato.
Eso sí, los familiares de Videla deberán aún esperar para cremar el cadáver, ya que, según estipulan los pasos judiciales, no podrán hacerlo hasta conocerse los resultados definitivos de la autopsia, un trámite que se podría demorar unos 20 días.