Grecia no aguanta más y pide por fin la ayuda de sus socios y del FMI

Las presiones de los mercados y de Bruselas hacen que el Ejecutivo de Papandreu active el mecanismo por el que podrá inyectar a su economía alrededor de 45.000 millones de euros

Tras los varapalos sufridos por parte de Bruselas y los mercados, Grecia anunció ayer su decisión de activar el mecanismo de ayuda europeo con colaboración del FMI. «Nos enfrentamos a un camino difícil. Es imperativo que pidamos abrir esa posibilidad», sostuvo el primer ministro, Yorgos Papandreu, en unas declaraciones televisadas en directo desde la isla de Kasterllorizo, en el Mar Egeo. «He dado ya la orden al ministro de Finanzas para que haga los trámites necesarios», añadió. Se espera que la inyección económica llegue en un mes.

El jefe del Ejecutivo no precisó el volumen de créditos que pedirá a sus socios del Eurogrupo y al FMI, con quienes deberá negociar ahora los detalles del mecanismo para sacar a la economía helena de la seria crisis que atraviesa, y que ha arrastrado al euro al nivel más bajo en un año frente al dólar. Y es que el país mediterráneo adeuda unos 273.000 millones de euros, que equivalen a un 115,1% de su PIB. «Nosotros esperamos, y nuestros socios en la UE esperan, que esta decisión sea suficiente para calmar a los mercados y que así podamos seguir financiando nuestro Estado con una tasas de interés más bajas», recalcó.

El anuncio se produjo un día después de que la agencia europea de estadísticas Eurostat revisara al alza el déficit presupuestario griego en casi un punto porcentual, hasta el 13,6% del PIB, la agencia Moody’s rebajara la calificación de su deuda y el diferencial entre su bono a 10 años y el referente alemán alcanzara un récord de 576 puntos básicos, con un interés del 8,7%.

El 25 de marzo los países de la eurozona alcanzaron un acuerdo para ofrecer a Grecia ayuda en forma de préstamos bilaterales por un total de 30.000 millones de euros, a un tipo de interés del 5%. La respuesta de Bruselas no se hizo esperar. Los socios no aprobarán la ayuda financiera hasta que las autoridades helenas no cierren el plan de ajuste para los próximos tres años que negocian en Atenas con representantes de la CE, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE).

Así se desprende de un comunicado conjunto enviado por la presidencia del Eurogrupo, el BCE y la Comisión, en el que las tres partes «toman nota» de la petición de Papandreu. A la ayuda europea se añade otro préstamo de 15.000 millones de euros del FMI, a un interés inferior, para que Atenas pueda financiar su deuda. Además, está previsto que el ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantínu, viaje hoy a Washington para negociar las condiciones de la citada inyección del FMI.

Con la activación del plan de préstamos de rescate, Papandreu incidió en que también se envía un mensaje fuerte a los mercados extranjeros «de que la UE no juega con Grecia, y que protege nuestro interés común, así como nuestra moneda común».

Asimismo, el dirigente socialista atribuyó la delicada situación financiera de su país «a los errores misteriosos, las omisiones, las decisiones imperdonables y la serie de problemas heredados» del anterior Gobierno heleno.

Los créditos del rescate están condicionados a la aplicación de un severo plan de reajuste fiscal, con impopulares medidas de ahorro que han levantado ya fuertes protestas de la población griega. De hecho, según una reciente encuesta, un 51% de la ciudadanía cree que la ayuda que va a conceder el FMI tendrá un efecto negativo en las finanzas nacionales.

Por otra parte, los ministros de Economía y Finanzas del G20 y altos funcionarios internacionales dieron la bienvenida -así como las Bolsas, que se dispararon en todo el mundo- en la capital de EEUU a la decisión helena de solicitar la activación del procedimiento de rescate, en medio de temores a un posible contagio.