Por primera vez desde que comenzó la cumbre sobre cambio climático de Copenhague, la jornada de ayer fue portadora de buenas noticias. En la capital danesa, un primer borrador de acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura del planeta hasta el año 2050 acercó las posiciones negociadoras entre los países industrializados y las naciones en desarrollo. Además, en Bruselas, la Unión Europea (UE) sobrepasó las expectativas al comprometer 7.200 millones de euros (2.400 al año) durante el período 2010-2012 para ayudar a los Estados pobres a combatir el calentamiento.
El documento entregado en Copenhague a las delegaciones de los 192 países que asisten a este encuentro, que se prolongará hasta el 18 de diciembre, plantea reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta un 95% en 2050 y limitar la subida de la temperatura entre 1,5 y 2 grados.
La comunidad científica considera que ese medio grado centígrado de diferencia conllevaría medidas muy costosas y, por eso, ya ha sido motivo de fuertes debates en la conferencia y rechazado por los Estados ricos.
Además, las naciones industrializadas como grupo deberán recortar el CO2 que envían a la atmósfera entre el 75% y el 95% hasta 2050, comparado con los niveles de 1990, según el borrador.
Sin embargo, el texto no menciona el carácter vinculante que deberá tener el documento final rubricado en la capital danesa, tal como precisó el jefe de la delegación de la Unión Europea en la conferencia, Anders Turesson. El representante de la UE consideró el borrador alentador y lo valoró como punto de partida, aunque no refleje los mecanismos por los que se deberá limitar el incremento de la temperatura a dos grados.
Precisamente ayer, los líderes europeos pusieron sobre la mesa los mencionados 7.200 millones de euros en ayudas, a modo de golpe de efecto para intentar desbloquear las negociaciones y reavivar el espíritu de una cumbre en la que muchos ya dan todo por perdido, pero aún no ha concretado cuánto aportará a partir de 2020, una de las cuestiones más polémicas.
El Consejo Europeo recalcó que está dispuesto a aumentar el recorte de sus emisiones en 2020 del 20 al 30%, pero para ello sigue esperando a que otros países hagan esfuerzos equivalentes.
El anuncio de ayer sobre la ayuda a los Estados en desarrollo «será bueno para lograr un compromiso en Copenhague», consideró el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, cuyo país ejerce la presidencia de turno de la Unión.
Sin embargo, no está claro que una concesión para solo tres años vaya a tener tanto impacto, entre otras cosas, porque ya hay voces que acusan a la UE de estar ofertando un dinero que no es nuevo y podría proceder de fondos ya comprometidos para ayuda al desarrollo. España aportará 375 millones de euros para todo el período, 75 millones más de lo que prometió en un principio, según anunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Francia y Alemania, por su parte, comprometieron 1.260 millones para el trienio y el Reino Unido, 1.500.