Los ministros de Economía de la eurozona concluyeron ayer sin acuerdo una nueva ronda de negociaciones con Grecia para tratar de desbloquear el rescate. Este nuevo fracaso aumenta las probabilidades de impago por parte de Atenas, que debe abonar un total de 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) el próximo día 30 de junio, el mismo día en el que concluye la prórroga del rescate.
“Sin acuerdo en el Eurogrupo”, así concluía escribiendo el vicepresidente de la Comisión responsable del Euro, Valdis Domvrovskis, en su cuenta de Twitter. La falta de avances ha obligado al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a convocar de inmediato una cumbre extraordinaria de líderes de la eurozona para el próximo lunes 22 de junio. “Es el momento de discutir de forma urgente la situación de Grecia al nivel político más alto”, dijo Tusk en un comunicado.
Acuerdo
“Durante la reunión, hemos enviado una señal fuerte a las autoridades griegas de que deben presentar nuevas propuestas en los próximos días”, dijo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. “Todavía es posible llegar a un acuerdo y extender el actual programa antes de fin de mes, pero la pelota está claramente sobre el tejado de Grecia para aprovechar esta última oportunidad”, insistió el presidente.
“Lanzo en nombre de la Comisión una apelación al Gobierno griego para que vuelva seriamente a la mesa de negociaciones”, dijo por su parte el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Moscovici avisó a Atenas de que “nos acercamos al final de la partida” y que es necesario evitar un escenario “catastrófico”.
El presidente del Eurogrupo insisitió en que su preferencia es llegar a un acuerdo y mantener a Grecia en el euro. Pero también dejó muy claro que “si no es posible, estamos preparados para todas las posibilidades”.
Por otra parte, el expresidente del Eurogrupo, Durao Barroso considera “trágico” tanto para los griegos, “por todos sus sacrificios”, así como para la situación económica en general, ya que “tendría consecuencias dramáticas”, que no se alcanzara un acuerdo entre Grecia y sus acreedores.
Además, recordó que desde la Comisión Europea se hizo “todo lo posible para evitar la quiebra de Grecia” pese a que “había gente que la quería, tanto en el Fondo Monetario Internacional como en el sistema económico alemán”, sentenció. Barroso insistió en que la caída de Grecia sería “mala” no solo para los griegos sino también para países como España o Portugal que en 2011 estuvieron “al borde del precipicio”. Por ello, incidió en la urgencia de “un esfuerzo para encontrar una solución”, para evitar malos resultados para Grecia y la Eurozona.
