La tuberculosis inmune se ceba con el Viejo Continente

La CE confía en poder comercializar en 10 años un medicamento que muy pronto será testado en seres humanos y que podría aislar y acabar con la bacteria portadora de este mal.

La aldea global tiene su lado oscuro y, desgraciadamente, muchos gobernantes no se terminan de dar cuenta de ello. Europa es una de las regiones del mundo donde se producen más brotes de tuberculosis resistente a los medicamentos, y está a la cola en cuanto a eficacia de tratamientos contra esta enfermedad, según indicó ayer la red de investigación TB Pan-net, impulsada por Bruselas. Esta terrible lacra acaba con la vida de unas siete personas cada hora únicamente en la CE -al año provoca más de 1,5 millones de fallecimientos en todo el mundo-, como reza un informe de la OMS de 2008.

El Viejo Continente es, además, una de las zonas donde los índices de detección de esta patología son más bajos, afirmó dicha entidad, que está compuesta por 27 laboratorios y centros de investigación comunitarios. Y es que el haber quedado erradicada durante muchos años -casi un siglo- y haber vuelto con fuerza con el fenómeno de la inmigración ha hecho que a los países les haya cogido totalmente a contrapie.

La TB Pan-net ha sido impulsada por el Ejecutivo comunitario, con el objetivo de investigar el riesgo de rebrote de una forma mortal de esta enfermedad en la UE, conocida como tuberculosis resistente y multirresistente a los medicamentos (XDR-TB y MDR-TB, respectivamente). «Ésta constituye una gran amenaza porque la mayoría de los casos no son detectados y porque los tratamientos son inadecuados, debido a la falta de medicinas apropiadas», subrayó Daniela Cirillo, coordinadora del proyecto.

Esta iniciativa pretende mejorar de forma sustancial los índices de detección de la enfermedad y la eficacia de los medicamentos.

Para ello, contará con 11 millones de euros durante los próximos cinco años procedentes del séptimo Programa Marco europeo de investigación.

«Para evitar una próxima crisis en Europa, es necesaria una gestión clínica efectiva y conseguir el acceso a mejores medicamentos», señaló Cirillo.

Ayer se celebró el Día Mundial de la Tuberculosis, coincidiendo con la fecha en que el doctor Robert Koch anunció el descubrimiento del bacilo que lleva su nombre y con objeto de alertar sobre una de las infecciones más letales del mundo.

Durante muchos años, los libros de texto indicaban que se trataba de un mal que había sido borrado de Occidente y que era patrimonio exclusivo -y en permanente descenso- en los Estados en vías de desarrollo. Pero no es así. La Comisión Europea recordó que cada 15 segundos muere una persona en el mundo por esta causa. Asimismo, se prevé que la tuberculosis se cobre 30 millones de vidas en la próxima década.

Pero también hay un rayo para la esperanza. Este organismo celebró el hallazgo anunciado el pasado viernes por un grupo de investigadores que, financiados con dinero comunitario, han descubierto un compuesto que bloquea el agente patógeno de esta dolencia, lo que abre una esperanzadora vía para nuevos medicamentos.

La portavoz de la CE de Ciencia e Investigación, Catherine Ray, celebró este avance médico, «el primer gran descubrimiento en 40 años». El novedoso fármaco inhibe una enzima que necesita el agente patógeno para infectar a una persona, y sin la cual la bacteria se destruye. Además, explicó que este compuesto será testado pronto en humanos «para permitir llegar a una medicina que pueda estar a la venta lo antes posible». Bruselas confía en que esto pueda ser una realidad antes de 10 años.

Los investigadores autores del hallazgo pertenecen al proyecto Nuevos Medicamentos para la Tuberculosis (NM4TB), que ha recibido un total de 11 millones de euros de fondos comunitarios. En él participan ocho Estados miembros (Francia, Reino Unido, Italia, Eslovaquia, Alemania, Hungría, Dinamarca y Suecia) y seis países extracomunitarios (Suiza, Corea del Sur, Estados Unidos, Rusia, Sudáfrica e India).

Por otra parte, la empresa farmacéutica Novartis llegó a un acuerdo para donar medio millón de tratamientos sin coste alguno en cooperación con el Plan Global STOP TB. En este momento, la Fundación Novartis para el Desarrollo Sostenible (NFSD) trabaja con la población de Tanzania. Cada día, los enfermos se someten a una serie de pruebas para vigilar la evolución de su patología.