El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy. / EFE

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó ayer que las relaciones entre el PP y Ciudadanos están a “temperatura ambiente” e hizo hincapié en la “responsabilidad” que, a su juicio, tienen todos los grupos parlamentarios de dar “estabilidad” a través de la aprobación de los presupuestos para 2018.

Así lo manifestó en declaraciones a los periodistas durante la inauguración de una jornada sobre la desinformación en la era digital, preguntada si la relación entre los populares y la formación naranja está “fría, caliente o congelada”. El partido de Albert Rivera sostiene que el pacto de investidura firmado entre las dos partes se encuentra “congelado” debido a que el PP sigue “protegiendo a cargos públicos imputados”, en referencia a la senadora del PP Pilar Barreiro, que continúa en su escaño pese a estar investigada por delitos de corrupción en relación con la trama Púnica.

En este contexto, debido a que Cs insiste en que no apoyará los Presupuestos Generales del Estado de 2018 mientras el PP no la aparte, la ‘número dos’ del Gobierno pidió “responsabilidad” a todos los partidos para que puedan salir adelante las cuentas de este ejercicio.

“Entendemos que hay decisiones que no pueden dejar de tomarse, que afectan a millones de españoles y que se han de solventar en unos presupuestos”, apuntó, defendiendo que el Ejecutivo central se “plantee” la vía del real decreto para que “al final las decisiones políticas de algunos no acaben perjudicando” a España.

Estabilidad

Sáenz de Santamaría, que recordó que el Gobierno de Mariano Rajoy lleva “poco más de un año”, dijo que es “bueno” que los políticos sean “conscientes” de que la estabilidad es “necesaria”. “Espero que todos los partidos tomen, y también este Gobierno, las decisiones en beneficio de esa estabilidad”, subrayó, para después recalcar que “conviene mantener” la recuperación económica y social que “está llegando” a España.

Así, abogó por “seguir trabajando” y rechazó cualquier planteamiento que “no sea seguir avanzando y construyendo”. De hecho, avisó de que los ciudadanos “no van a entender” que las formaciones políticas no trabajen para lograr esa estabilidad.
Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, advirtió al PP de que si decide atacar a la formación naranja con el argumento la corrupción, entonces lleva “todas las de perder”, porque supone comparar a un partido que solo tiene algunas “salvedades administrativas” en sus cuentas con otro que tenía “una caja de mordidas en Suiza”.

“Es sorprendente que un partido que tiene superávit, sin un solo caso de corrupción en once años y con un 10 en transparencia le tenga que dar explicaciones a un partido con 900 imputados, con una caja de mordidas en Suiza” y que tiene “al señor (Mariano) Rajoy en los papeles de Bárcenas”, señaló.

Batalla

En una entrevista, Rivera rechazó así las críticas de los populares por el hecho de que el Tribunal de Cuentas no diera el visto bueno a la contabilidad de Ciudadanos de 2015 por una serie de deficiencias que limitaban el alcance del examen.

“Si la batalla que quieren escoger es la de la corrupción, tienen todas las de perder”, porque “las cuentas del PP están en los juzgados por casos de corrupción”, ha concluido antes de pedir a esta formación que “no intente salpicar” a los que están “limpios” como Cs.

Según destacó, el Tribunal de Cuentas no está formado por jueces, y habla de “salvedades administrativas y contables, no judiciales”, que simplemente “hay que corregir”.

“Un partido que se hunde no puede hundir a todos los españoles con él”, subrayó el líder del partido naranja.