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Los tres 'birdmen' de la compañía holandesa Close-Act, durante el Gran Desfile del Martes del Carnaval. / NEREA LLORENTE

El Martes de es la víspera de la Cuaresma, la última oportunidad que tenían en otras épocas no tan lejanas en el tiempo de disfrutar de la alegría de la vida, de reírse de todo antes de los rezos, el ayuno y la penitencia. En algunos pueblos de la provincia celebraban los carnavales invirtiendo roles: los hombres vestidos de mujer y las mujeres de varones. Eran los ‘remudaos” de las historias de las bisabuelas. A los ‘remudados' de las comparsas segovianas poco les ha faltado este año para ser los ‘remojados'.

La jornada de este día grande del Carnaval fue, como casi todos los días de este periodo festivo, desapacible, con un viento helador y la constante amenaza de lluvia que, por otra parte, estuvo cayendo hasta horas antes del inicio del Gran Desfile que en esta ocasión habría los ‘Birdmen' de la compañía holandesa Close-Act Theatre, vieja conocida de Segovia pues ya ha participado en otras ocasiones en este evento.

Se trató en esta ocasión de tres grandes esqueletos de pájaros luminosos articulados, tres zancudos que manejan con soltura el armazón, danzando al ritmo de la música y casi rozando con sus picos las cabezas del público que en buen número, al menos al inicio en la avenida del Acueducto, disfrutaba del espectáculo.

La banda El Puntillo Canalla, con la animación que la caracteriza, ponía la nota musical en la parte inicial del desfile, con algunos de sus integrantes bien abrigados de astracán de pega.

La primera comparsa en desfilar, siguiendo el guión de este Carnaval, fue Chirigoteros, que este año han hecho un homenaje a Don Quijote, algo escasos de integrantes en esta ocasión y seguidos precisamente de una de las comparsas más numerosas, ‘Para que tú lo bailes', ordenados en dos filas y llamando la atención con el disfraz elegido, un arlequín de caramelo que a su vez lleva en la mano un gran chupachups. Hay que reconocer que, una vez superada la primera impresión — ¿de qué van?— consiguen una buena mezcla con brillo, colores muy alegres, muy de carnaval.

El grupo ‘Dulzainas Tierra de Segovia' se intercalaba después con la música tradicional castellana, incorporando a una joven promesa del tamboril muy celebrada por el público y seguido de un curioso disfraz de ventana y vieja mirando detrás de los visillos.

En la comparsa Semaforitos, algunos de sus vikingos, que esa ha sido la temática que han elegido para este Carnaval 2018, habían dejado el hacha y la espada en el campamento y la habían sustituido por un paraguas.

Pasitos es el nombre de la comparsa que este año ha decidido ir a contracorriente y dejar de lado el colorido apostando por el negro riguroso, con algún detalle de color o perlas blancas, según los casos, y así han desfilado como una gran colonia de hormigas, con algunas hormiguitas en el centro portando un gran grano de trigo ¿o era una pipa gigante?.

Los bandoleros de la comparsa Vacceos iban bien arropados a la típica manta de rayas y bailando al son de la Charanga Gurugú, al igual que los corazones y cupidos de Apadefim. Por cierto, son corazones con mensaje: letras de canciones como “seré tu amante, bandido, bandido…”, de Miguel Bosé, el clásico ‘Corazón de melón, de melón melón melón…” o “Ay corazón bonito, ay corazón salvaje”, de Marcela Moreno pero también tópicos o dichos como “barriga llena, corazón contento” o “me has disparado al corazón”.

La Semifusa es otra de las comparsas que desfila con una mezcla de profesionalidad y sandunguerismo que solo pueden dar una trayectoria de más de treinta años en los carnavales segovianos. Este año da gusto ver como menean las aletas esos pececillos de colores, o los sensuales movimientos de la Sirenita y del resto de fauna y personajes de ‘Bajo el mar'.

Cerraba el desfile un grupo de jóvenes disfrazados del superhéroe Duffman, el de la cerveza ‘Duff Beer' de la popular serie animada Los Simpson, la preferida de Homer.

Potaje carnavalero

Tras recorrer la avenida del Acueducto, el Azoguejo y la Calle Real, en la Plaza Mayor esperaba un Potaje Carnavalero, elaborado por la Asociación de Cocineros de Segovia, con la ración al precio de un euro, donativo que luego se entregará a la ong Bando de Alimentos para contribuir a la importante labor que realiza para paliar algunas necesidades de familias segovianas con pocos recursos.

Para culminar la velada, la Concejalía de Cultura había preparado un Baile de Carnaval, este año a cargo de El Canto del Bobo, un grupo de versiones muy apropiado para despedir esta fiesta solo por un tiempo porque mañana habrá que enterrar a la sardina y, aunque se da paso a la Cuaresma, el domingo 18, Domingo de Piñata, hay una tregua festiva con los actos programados al mediodía en la Plaza Mayor, entre otros la fase final del concurso de coplas en las que las tres comparsas finalistas de la fase previa, en la que participaron cinco comparsas y que se celebró el domingo pasado, deberán repetir actuación.